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Emilia Ferreiro y la lectoescritura

Publicado por Hilda Fingermann

Emilia FerreiroEmilia Ferreiro es una psicóloga y pedagoga argentina, nacida en 1936, doctorada en Ginebra, colaboradora de Jean Piaget, que reside en México.

Tras doctorarse en Ginebra regresó a Buenos Aires en 1971 donde se dedicó a profundizar en la alfabetización de la infancia y presentó como tesis doctoral un trabajo sobre “Las relaciones temporales en el lenguaje del niño”.

Emilia Ferreira propone un modo constructivista de enseñar a leer y escribir que respete los tiempos de maduración del niño, estimulándolo a pasar de un nivel a otro de acuerdo a los tiempos que cada uno requiera.

Los tiempos son variables y empiezan con los garabatos sin ninguna significación, por el simple placer de “sacar” sus impulsos hacia afuera. Esto lo hace entre el año y los dos años y medio, etapa en que empieza a controlar esos garabatos para darle una cierta forma, la que tendrá para él una cierta explicación, aunque para los adultos sea incomprensible. Los trazos más controlados aparecen alrededor de los cuatro años, donde ya entendemos sus expresiones que son el reflejo de sus valoraciones, ya que dibujará lo que para él es importante: a él mismo, su familia, sus mascotas, su casa. Los dibujos son una excelente herramienta para estimular la lecto-escritura significativa y que el niño asocie lo representado en el dibujo con las palabras que lo representan.

El maestro debe motivar, hacer reflexionar al niño, orientarlo, hacerlo interactuar con sus pares, para que aprenda de modo comprensivo, no despreciando sus conocimientos previos, sin simplemente copie textos, sino que encuentre en esta herramienta un modo útil y grato de expresión de sus ideas y sentimientos, ayudándose de juegos y dibujos.

Esto no significa, como suele observarse en muchas aulas, que las maestras dejen al niño escribir como quiera y tomarse el tiempo que desee `para siempre, ya que leer y escribir no es algo natural, sino una construcción social y por ende el alumno no podrá aprender por intuición reglas de lectoescritura que son convencionales. Solo al principio y para que el alumno gane confianza se lo deja escribir “a su modo” pero luego, sobre todo a través de juego se le debe enseñar a escribir de modo correcto por ejemplo a través de preguntas y creando situaciones significativas donde se requiera el uso del lenguaje, formando grupos de palabras que compartan sílabas, haciendo crucigramas, elaborando un periódico, etcétera.