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Comer en clase

Publicado por Hilda Fingermann

Nos llenamos la boca hablando de que somos maestros o profesores modernos, que despertamos en nuestros alumnos el espíritu crítico, que somos innovadores; y seguimos repitiendo incuestionables discursos, propios de la escuela tradicional.

Cuando vemos un alumno con gorrito en clase, o comiendo, lo regañamos, y le decimos que es de mala educación; y si preguntan por qué, le decimos atrevido, cuando deberíamos felicitarlo por requerir una explicación a la limitación de sus derechos.

Todos sabemos que hablar en clase de temas ajenos a ella, si bien es un derecho requiere que no se lo use en el período de tiempo en que el docente explica o se hacen las tareas, porque perturba el desarrollo de la clase. Lo mismo sucede con el uso de los celulares. Sin embargo, ante la pregunta de por qué no deben usarse ciertas prendas, como los gorros, o el motivo de abstenerse a ingerir bebidas o alimentos en clase, aún no he escuchado respuestas convincentes. Puede serlo que comer un sándwich con mucha mayonesa pudiera estropear los materiales de estudio (libros o cuadernos) y esto me parece válido, pero… ¿En qué puede molestar un caramelo o una galletita?

De hecho mis alumnos tienen permitido tener gorritos o comer en clase, tomar gaseosas o mate, y no se altera para nada el ritmo de la clase, salvo cuando entra un directivo y nos reta a todos, y ahí sí se perturba la clase.

Debemos reflexionar como docentes el por qué de las reglas de conductas, si tienen o no un sentido, pues muchas solo son costumbres que repetimos de generación en generación sin saber por qué, pero las tomamos como verdades, que si indagamos, no son más que imposiciones consuetudinarias avaladas por una supuesta “mala” educación. Ante ello debemos preguntarnos ¿A quién perjudica? Comer en clase no distrae más que estar pensando en el hambre que se tiene, o estando a disgusto, o reprimido.

Países como Estados Unidos, Alemania y Finlandia permiten a sus alumnos comer en clase, y sus niveles de educación son mejores que en otros lugares donde ello está prohibido.