Etapas de la inteligencia
El ser humano es un animal inteligente, y nos jactamos de ello, pero en realidad, lo que es eso que llamamos inteligencia, no es un concepto único y claro. Muchos padres o maestros suelen decir que su hijo o alumno es muy inteligente porque tiene buenas notas en el colegio, porque aprende muy rápidamente, porque hace cuentas difíciles mentalmente, porque redacta con mucha imaginación, etcétera, y todas esas apreciaciones y muchas más, son válidas.
El resto de los animales superiores también poseen inteligencia en algún grado, pero lo que les resulta muy difícil es abstraer, lo que tampoco puede hacer un niño, que sin embargo puede aprender un idioma complejo con representación simbólica y realizar cálculos numéricos. Este tema ha sido objeto de estudio por parte de varios pedagogos y estudiosos de la mente humana, que llegaron a la conclusión de que la inteligencia humana se va gestando por etapas.
Jean Piaget, fue un psicólogo de origen suizo que vivió entre los años 1896 y 1980, y fue el que dividió en cuatro etapas el desarrollo de la inteligencia (con sus correspondientes sub etapas).
La primera corresponde a lo sensorio motriz, y se la puede ubicar desde que la persona nace hasta que alcanza los dos años de vida. Durante ella los movimientos reflejos se van haciendo reflexivos, y el niño los puede dirigir hacia objetivos deseados, con lo cual comienza a relacionarse con su medio, con relaciones recíprocas. Lo que lo rodea le aporta experiencia y él puede reconocer usando su propio cuerpo, sus sentidos; en lo que con él convive, formas, tamaños, sonidos, aromas, texturas.
Desde los 2 y hasta los 7 u 8 años transita la etapa pre operacional, donde fundamentalmente se adquiere el manejo del lenguaje en forma progresiva, lo que le permite compartir el nombre de las cosas y sujetos que forman su mundo, y poder así pedir, escuchar a los demás y entenderlos, conocer la existencia de un pasado, al que tiene capacidad de recordar, y un futuro, además del presente. Aparece la primera forma de pensamiento, que es el intuitivo, que puede explicarse como la posibilidad de formarse imágenes mentales de lo que percibe. A través del juego y del hecho de comenzar el colegio el niño empieza su período de socialización.
La etapa de las operaciones concretas ocurre luego de la pre operacional, donde el pensamiento se organiza y los conceptos se relacionan, siempre que estén presentes, o sea que resulten concretos. Adquiere lo que se denomina reversibilidad, pues puede realizar un análisis completo de principio al fin, pero luego de acabado puede volver a iniciarlo, pudiendo optar entre alternativas. Internaliza reglas sociales y valores.
La etapa formal es la cuarta, que coincide con los grandes cambios físicos de la adolescencia, donde aparece el pensamiento abstracto, lo que le permite pensar sobre el objeto aún cuando no esté presente.
