Inteligencia verbal

Entre las ocho inteligencias que Howard Gardner identifica dentro de las inteligencias múltiples, considera a la inteligencia verbal, la que está relacionada con la aptitud de utilizar el lenguaje, conociéndolo en profundidad, tanto en su significación como en la expresividad que puede asignarse a las palabras y proposiciones que el lenguaje permite formular, tan esencial en la comunicación humana, favoreciendo el diálogo y la argumentación.

Quien posee inteligencia verbal maneja muy bien el diccionario, tratando de enriquecer su vocabulario, con palabras que desconoce; las combina muy bien para expresarse con eficacia; y además le imprime sensibilidad, como aquellos que pueden conmovernos al recitar una poesía. Sabe, además, escuchar para poder aprender de los otros, y rebatir lo que le parece desacertado con argumentos sólidos. Sabe adaptar su lenguaje de acuerdo al contexto. No se expresa igual entre sus pares, fuera del ámbito académico que dentro del mismo.

En los actos escolares es frecuente escuchar a alumnos que hablan bajo, sin dar énfasis a lo que expresan, sin respetar las puntuaciones, y que sólo producen tedio en el auditorio, mientras otros, captan a la audiencia, la seducen, por su lenguaje claro, expresivo, sin sonar exagerado, y cargado de sensibilidad.

Este tipo de inteligencia es muy necesaria de desarrollar en todos alumnos, pero sobre todo en aquellos que les interese dedicarse a la docencia, el periodismo, la abogacía o la política. La lectura en voz alta, los debates orales, la redacción de justificaciones y argumentaciones y todo tipo de producciones escritas, que luego se exponen a l grupo, comentar en alta voz, películas u obras teatrales, y la recitación de poemas favorecen al desarrollo de esta inteligencia.