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La actitud del docente

Publicado por Hilda Fingermann

Los contenidos del proceso de enseñanza aprendizaje son divididos en conceptuales, procedimentales y actitudinales; y son estos los que el docente debe poseer en sentido positivo para poseer enseñar, guiando a sus alumnos a adquirirlos. Si el docente no conoce la materia (contenidos conceptuales) no aporta técnicas para su apropiación (contenidos procedimentales) y no demuestra predisposición para que en el aula reine la armonía, la comprensión, la motivación y la solidaridad (contenidos actitudinales) no se llegará a un resultado satisfactorio y esperado (expectativas de logro).

El docente con su presencia y manera de actuar debe transmitir confianza, pero a la vez autoridad. Confianza para que el educando pueda preguntar lo que no se comprende, para aportar y participar en la clase, para comunicar sus angustias y problemas; pero a la vez autoridad, para poner límites cuando corresponda.

El docente debe esforzarse en ser puntual, prolijo, corregir a tiempo, cumplir con lo que prometió (si pidió una tarea para un día determinado, no olvidarse de reclamarla; si se fijó cierto día para un examen, evaluar en la fecha designada). Eso lo hará creíble y digno de respeto.

Debe siempre estar dispuesto a escuchar y tratar de comprender, sin generar injusticias, pues si siempre disculpa a los que no cumplen sus obligaciones, el resto de la clase que hizo lo asignado se sentirá frustrado. Una buena técnica podría ser, responder: “está bien, trae tu tarea para la clase próxima pero tendrás un punto menos en tu calificación” siempre que el motivo no sea debidamente justificado (enfermedad certificada, deceso de un familiar, etcétera).

El docente debe motivar sin imponer; tratar de despertar el interés por conocer, por descubrir a través del análisis y la investigación, exponiendo la finalidad de cada tarea; pero para ello el propio docente debe estar motivado para enseñar. Si los alumnos lo notan desganado, sentado en su escritorio, esperando que pase la hora de clase; esa será también la conducta de ellos, por imitación, pues las ganas se transmiten y el desgano también.

Nunca debe olvidar el docente que de él depende en gran medida, la formación integral de una persona, y que cada gesto, palabra y decisión, contribuirá a desarrollar su carácter y personalidad.