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la educación en el virreinato

Publicado por Hilda Fingermann

La conquista de América por parte de España se inscribió en un nuevo período histórico, ya es uno de los hitos que marca el comienzo de la Edad Moderna. Con su llegada al territorio americano y su apoderamiento, tuvieron la necesidad de organizarlo para poder gobernarlo, y entonces lo hicieron dividiéndolo en virreinatos a cargo cada uno de un virrey que representaba al rey español. El virreinato de Nueva España se estableció en el año 1535; el del Perú data del año 1544, en 1717 surgió el de Nueva Granada; y en 1776, el del Río de la Plata.

Con la llegada a América de la cultura europea, ésta se trasplantó a las nuevas tierras. Recordemos que imperaba en el viejo mundo una educación rígida de alto contenido religioso católico, por el poder e influencia de la iglesia en esa época.

Entre los incas, antes de la conquista, la educación comprendía la de su lengua (el quechua), astronomía y aritmética, y estaba dirigida solamente a la elite gobernante. Era un modelo de extremo rigorismo.

En el virreinato del Perú, los jesuitas realizaron una amplia labor de educación de los aborígenes, para convertirlos en súbditos leales de la corona. Las primeras letras eran enseñadas a varones, en escuelas que dependían de conventos, parroquias o misiones. Para los indios la educación era predominantemente informal, a cargo de las órdenes religiosas.

En el año 1575 se fundó un colegio de educación intermedia, que fue el de San Felipe. En estos colegios los alumnos tenían un régimen de internados, y solo podían acceder los criollos y los mestizos. Para los jefes aborígenes y sus hijos se crearon escuelas de caciques, a partir del año 1536, entre las cuales podemos destacar el “Príncipe de Lima” y la Escuela de San Borja del Cuzco”. Para la formación de religiosos se establecieron los seminarios, como el de San Antonio de Abad, en Cuzco.

En el virreinato del Perú la primera universidad se instauró en Lima en 1551, y fue obra de la orden de los dominicos: se trató de la Universidad Mayor de San Marcos.

La difusión de la cultura europea cristiana se vio favorecida cuando se instaló en Lima la imprenta, en el año 1581.

En Nueva España, en 1536, fue fundado por los franciscanos, el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde se instruía escritura, lectura, gramática latina, biología, filosofía, retórica y música. En el colegio de San Juan de Letrán había una división entre los estudiantes. A los menos capaces intelectualmente se les enseñaba oficios, mientras que a los más dotados se los destinaba al estudio de las letras. Para la enseñanza de la fe cristiana a las niñas existía el colegio de de Nuestra Señora de la Caridad.

En el Río de la Plata, la formación del virreinato data de una época teñida por las ideas de la ilustración (siglo XVIII). En esta época los jesuitas ya habían sido expulsados, pero habían dejado en la región un sistema de educación. La educación inicial podía se r particular, conventual, parroquial, o a cargo del cabildo o del rey.

En el año 1610, ya se había establecido el Colegio Máximo en Córdoba para formar religiosos, y en 1613 inauguraron el convictorio de San Javier. Existían dos universidades, la de Córdoba, y la de Charcas o Chuquisaca, dirigidas por los jesuitas.

En 1780, ya con los borbones en el poder, San Alberto se hizo cargo del Arzobispado de Córdoba del Tucumán, comprobando el atraso educativo en que se hallaba la población, a la que trató de educar en la obediencia a la Corona española y en la fe cristiana, tanto a hombres como a mujeres. Dividió los curatos para hacer más fácil la difusión de la cultura, y fundó escuelas, colegios y seminarios. Entre sus obras se destacó la fundación del Colegio de Huérfanos en Catamarca y Córdoba; y los orfanatos de Cochabamba y La Plata. Desempeñó su obra hasta que en 1801 al ser electo Obispo de Almería, abandonó el territorio americano.