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La reproducción según Bourdieu y Passeron

Publicado por Hilda Fingermann

La reproducción según Bourdieu y Passeron“La reproducción” es una obra que mereció críticas dispares, de Pierre Boudieu y Jean-Claude Passeron que intenta desenmascarar al sistema escolar, analizando el francés, a través de estudios empíricos, de investigación sociológica, tratando de comprobar la hipótesis de que la pretendida neutralidad y objetividad del aparato escolar no es tal, y que trata de reproducir las desigualdades sociales dándoles títulos a quienes serán los líderes sociales, estableciendo las mismas jerarquías que hay en la comunidad bajo una supuesta y pretendida idea de igualar mediante la educación. La igualdad no se produce, pues el sistema educativo diferencia a los alumnos según la clase a la que pertenecen, asegurando el triunfo de quienes emanan de la elite.

Es un libro con pretensiones de que su idea del sistema escolar se generalice aunque es propio de lo que ocurría en Francia donde les era muy difícil a los estudiantes llegar a una licenciatura o a un doctorado.

Desarrollan dos conceptos: la arbitrariedad cultural, que impone como saberes valiosos para todos, los propios de la cultura dominante; y la violencia simbólica, para tratar de controlar a quienes piensan diferente, a través de la autoridad pedagógica, que se usa para imponer o inculcar esos valores arbitrariamente impuestos como objetivos y que los estudiantes incorporan como “habitus” propios de un buen ciudadano, de modo acrítico, sin siquiera percibir esa violencia

Para estos autores la acción educativa se ejerce sobre sujetos que llegan al sistema con una educación previa dada por sus familias, que va a depender de su contexto sociocultural. La escuela advierte estas diferencias en la apropiación de los contenidos pero tomándolas no como producto social, sino natural. Para la escuela el niño que no aprende es porque naturalmente tiene problemas cognitivos o porque no se esfuerza, desconociendo que se parte de condiciones sociales dispares, en cuanto hay niños muy estimulados desde su hogar, ya que cuentan con ese “capital cultural” que la escuela pretende y privilegia, y otros no.