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Objetivos de la educación secundaria

Publicado por Hilda Fingermann

Sin dudas esta etapa de la vida es muy conflictiva, y la educación no escapa a sentir la influencia de los cambios corporales y psicológicos de los niños que se van haciendo adultos, por lo cual resulta difícil para los docentes emprender una tarea de formación de estos jóvenes que batallan contra las exigencias y los límites y desafían a la autoridad.

Si bien se debe comprender lo que pasa en las vidas de estos educandos, el proceso educativo debe continuar, pues encauzarlos en metas positivas es la finalidad esencial de la escuela. Escucharlos, enseñarles a confiar en los adultos, sentir que somos su guía y no sus enemigos, marcarles hasta donde pueden llegar con su conducta, ayudará a que crezcan sanos. El aprendizaje de los contenidos debe proseguir para formarlos para estudios cada vez más profundos en niveles superiores, o para ingresar al mundo del trabajo, o simplemente para prepararlos para una vida digna, por lo cual no debe cejarse en la incorporación de valores democráticos.

La nueva Ley de Educación argentina del año 2000, que lleva el número 26.206, incorpora los artículos dedicados a la educación secundaria en sus artículos 29 a 33, calificándola como obligatoria, y dividida en dos ciclos: el básico y el orientado.

Fija como objetivos: 1. La formación ética en valores democráticos (solidaridad, cooperación, pluralismo, no discriminación) y de respeto al patrimonio cultural y natural 2. Utilizar sus conocimientos para ser participes de una sociedad cambiante, con responsabilidad 3. Reforzar sus capacidades cognitivas 4. Desarrollar las competencias lingüísticas de su idioma e introducirlos en el aprendizaje de una lengua extranjera 4. Poder integrar los contenidos 5. Desarrollar la capacidad crítica frente a los mensajes que provienen de los nuevos medios de comunicación 6. Vincular a los jóvenes con el mundo del trabajo, la tecnología y las ciencias a través de prácticas educativas, dentro y fuera de la escuela, en empresas o establecimientos que lo permitan. Esto se hará con acompañamiento docente y los alumnos deberán tener como mínimo 16 años y por no más de seis meses dentro del año escolar. 7. Estimular la formación artística y física.

La implementación práctica del nuevo secundario aún está en proceso. Se han cambiado asignaturas y contenidos, hay docentes con horas a reasignar, y el progreso no se percibe todavía, ni tampoco el sentido de los cambios. Los objetivos planteados son claros, precisos y deseables; sin embargo, no basta con cambiar contenidos, ni transferirlos de curso, sino que debe restablecerse la autoridad del docente en el aula; no como omnipotente e incuestionado, sino como persona capacitada y jerárquicamente superior; escuchar a los alumnos, pero no aceptar faltas de respeto y tener herramientas para la puesta de límites. Se confunde en el secundario, escuela democrática con escuela caótica, donde al no excluirse tampoco se tiene medios para frenar los actos de indisciplina. Los alumnos asisten a gabinetes, se dialoga, si no resulta se los sanciona, pero van acumulando firmas o amonestaciones, que no les implican ningún perjuicio a su entender, ni tampoco les enseñan nada, salvo que se puede transgredir las normas sin ninguna consecuencia. Se necesita hacer un reglamento de convivencia que pueda cumplirse, con conductas permitidas y prohibidas, y con sanciones posibles de aplicar, cuando el diálogo no resulte suficiente; y que en efecto se cumpla. Solo con reglas claras, los alumnos podrán educarse para la democracia, y cumplir los fines previstos por la ley.