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Paradigmas en educación

Publicado por Hilda Fingermann

Paradigmas en educaciónUn paradigma es un modelo mental que filtra nuestras percepciones, organiza nuestros saberes en torno a un esquema, los relaciona de un modo determinado; nos dice en definitiva cómo pensar, cómo enseñar, cómo aprender, cómo solucionar un problema. Son las herramientas con las que contamos, entre otras cosas para educar, que sirven de base a nuestras estrategias metodológicas y a nuestros objetivos educacionales.

La educación tiene una intencionalidad, que es en los estados democráticos formar personas cívicamente solidarias, políticamente responsables y participativas, interesadas por los problemas de la comunidad, que puedan participar en el mundo cultural y laboral de su época, que contribuyan al progreso moral y material de su nación

Según el modelo o paradigma que se acepte, el que fue variando a través del tiempo, vamos adaptando nuestro quehacer docente. El modelo conductista nos obligaba a buscar resultados observables, y a imponer premios y castigos; el cognitivismo, se centró en el proceso mental que implica el aprendizaje; el modelo constructivista, más reciente, nos hace diagramar actividades donde el educando sea protagonista y hacedor de su conocimiento, descubriendo la realidad mediante su propia experiencia. El educando busca la información, la contrasta con las de sus compañeros, con su propia experiencia, y de allí surge su aprendizaje. Hace hincapié también en los procesos mentales, en las ideas previas, y cómo las nuevas se van acomodando para que tengan un significado.

Un paradigma que se descarta, tiende a ser olvidado, descalificado, criticado; mientras el adoptado reúne durante su vigencia, características indubitables. Cuidado con este modo de considerar los paradigmas, todos pueden ser revisados, aún los que están en uso, y tal vez los desterrados tengan aún algo para enseñarnos. Nada es tan malo ni tan bueno como parece.

En la actualidad conviven varios paradigmas, que tienen en común hacer del alumno un sujeto activo en el aprendizaje, responsable, crítico, comprometido, solidario, etcétera, demasiadas cosas para un alumno que en la práctica no alcanza motivación suficiente, se aburre con facilidad, se dispersa, no escucha. Y entonces cabe preguntarse, ¿Si el paradigma está bien, qué está fallando?