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Pedagogía positivista

Publicado por Hilda Fingermann

Pedagogía positivistaBasada en la filosofía positivista y en las ideas de la Ilustración para lograr el progreso y la eficiencia, que alcanza su máximo esplendor en el siglo XIX (segunda mitad) la pedagogía positivista puso énfasis también en los hechos demostrables, en la realidad empírica. El alumno debe conocer esos hechos, esa realidad que existe fuera de sí mismo, de modo objetivo, y el docente está obligado a ofrecerles la posibilidad de acceder a esos conocimientos a través de su razón y sus sentidos, ayudado por las estrategias metodológicas científicas.

Para descubrir la realidad como dijimos, el método por excelencia es el científico, basado en la observación y la experimentación, para descubrir lo verdadero, lo que se presenta objetivamente sin injerencia del sujeto cognoscente.

Es una pedagogía al servicio de las ciencias naturales, pero que también en lo social no se aparta de los hechos, suprimiendo lo metafísico, o sea, todo lo referente a valores morales y teológicos. El Derecho y su enseñanza se limitan a la ley escrita, descartando el derecho natural, que es imposible descubrir si no se lo hace con el corazón. Lo positivo está en lo que podemos ver, en la normas que se escriben, ya sea en las normas internacionales, en la Constitución y en todas las demás que se despliegan jerárquicamente en inferior rango a partir de ellas. En Historia y Geografía se refuerza lo nacional. La Historia es documental, y ausente de la crítica del historiador. En Psicología se apunta a los factores biológicos de la conducta.

Al abandonar toda referencia a lo que está más allá de la comprobación, el tipo de educación propuesta por el positivismo es laica, gratuita, para todos, basada en un programa de cumplimiento estricto, que contemple el objetivo práctico de crear ciudadanos comprometidos con el progreso individual y social, para lograr un Estrado ordenado y homogéneo, para lo cual se fijan los contenidos y el modo de transmitirlos. En Argentina, la ley 1420 es un ejemplo de la aplicación del positivismo en educación.

En el positivismo la autoridad pedagógica es indiscutible y sancionatoria.