Aprendizaje auditivo
El conocimiento puede ingresar a nuestra mente por cualquiera de nuestros sentidos, pero de manera innata, estamos más preparados cada uno de nosotros para ser más proclives o sensibles a registrarlos por algún sentido concreto, y cada una de estas maneras tiene sus ventajas y sus desventajas. Conocer cuál es nuestro estilo de aprendizaje favorecerá a economizar tiempo y esfuerzo para obtener un mayor rendimiento, aunque también es bueno estimular el aprendizaje de otros estilos, que si bien pueden costarnos un poco más, contribuirán a lograr un aprendizaje más integral.
Es bueno conocer nuestras fortalezas y debilidades tanto para aprovechar las primeras como para mejorar las segundas, pues al concurrir a un centro de enseñanza los docentes en general no tienen en cuenta los estilos personales de aprendizaje sino que dan clases para el conjunto, o parte de la clase tiende a ingresar por la vista y otra por los oídos, aunque también hay otros canales sensoriales por donde puede ingresar la información, como el kinestésico, que es el de aquellos que prefieren aprender a través de trabajos prácticos, pues recuerdan lo que hacen. El gusto y el olfato también son importantes a la hora de aprender pero menos usados en el ámbito académico, salvo que se estudie por ejemplo, cocina.
Conocer a cada alumno como sujeto individual y sus aptitudes pueden hacer que el maestro logre motivarlos y alcanzar resultados sorprendentes. Los alumnos con preponderancia auditiva, que son lo que recuerdan lo que escuchan, pueden recibir propuestas de componer una canción o la música sobre algún contenido, relatarles cuentos, proponerles la creación de una radio, etcétera.
Para detectar a estos estudiantes puede ser útil observarlos. Cuando alguien recuerda algo que escuchó, sus ojos se dirigirán a los costados como buscando sus orejas. Quienes tienen este tipo de aprendizaje poseen generalmente buena dicción, pueden hacer imitaciones de voces, se distraen cuando existen ruidos, si estudia solos es bueno que lean en voz alta para escucharse, y aprenden de los debates. Como contrapartida son más lentos para memorizar, y lo hacen en forma ordenada, por lo cual si no recuerdan un dato se les dificultará pasar al siguiente.