¿Cómo enseñar a sumar?
Una actividad útil y necesaria es in dudas, aprender a sumar. Muchas lecciones que recibimos en casa o en la escuela seguramente pasarán a la lista de nuestros olvidos, quedando de ellas en nuestra mente, mayor capacidad de abstracción, agilidad mental, capacidad de síntesis etcétera pero tal vez no usemos concretamente dicha información. Por ejemplo si nos hicieron analizar una obra literaria que no nos impresionó, nos sirvió para acrecentar nuestro vocabulario, nuestra comprensión lectora, etcétera, pero no influirá demasiado en nuestras vidas que hoy recordemos exactamente lo que el autor decía en su escrito.
Sin embargo, saber sumas es imprescindible porque agiliza nuestra mente, pero además porque lo necesitamos en la vida cotidiana, siendo una ciencia eminentemente práctica, y aunque parezca increíble, existen adultos que no son capaces de sumar mentalmente, y deben recurrir a sus dedos (hábito difícil de erradicar) o a usar las calculadoras (lo que nos hace tecno-dependientes).
Así como es innegable que en casa se debe despertar el gusto y el interés por la lectura, lo mismo cabe para la matemática. El dominio de las letras y los números serán claves para que todo el aprendizaje futuro sea eficaz.
Por supuesto en todo aprendizaje debe irse de lo más simple a lo más complejo. Una vez que el pequeño aprenda los números es interesante relacionarlos y jugar con ellos, para que sume de modo inteligente racional, entendiendo la operación que efectúa.
Como recomendación: debemos estimularlos pero sin exigencias, cada niño madura en forma personal, y si aún no va a la escuela y no le interesa las actividades didácticas que le proponemos, no insistamos, probemos cada tanto con otra, hasta que él decida que le interesa. Si bien alrededor de los tres años es una edad en la que muchos niños son capaces de sumar, esto no es una regla general. Si los obligamos a realizar cuentas, seguramente terminará odiándolas y nunca encontrará el verdadero gusto por la matemática.
Para enseñar a sumar solo se necesita paciencia, ingenio para inventar situaciones problemáticas y más de un elemento, cualquiera sea. Podemos por ejemplo darle una piedra, y esconder dos o tres más en diferentes sitios. A medida que las vaya encontrando podemos preguntarle: ¿y ahora cuántas tienes? Pueden usarse monedas, lápices, cucharitas, etcétera. Si se usan caramelos es aún más placentero, aunque tiene el riesgo de terminar con un dolor de estómago y algunas caries a futuro.
Una vez que haya sumado los elementos, podemos hacer otro juego que consista en preguntarle para que resuelva mentalmente las sumas que primero hizo sobre los objetos concretos. Respóndeme ahora: ¿cuánto es entonces 1+1? si aún no puede resolverlo se intenta el juego otra vez. Una vez que lo haya hecho satisfactoriamente podemos hacer lo mismo pero escondiendo pares de objetos, para que sume de dos en dos y así sucesivamente.
Puede hacerse también usando un libro de cuentos, y poniéndoles nombres a los personajes: “Ya le pusimos nombre al osito, ahora se lo ponemos al perro… ¿a cuántos animalitos ya les pusimos nombre?
Una vez que haya aprendido las nociones básicas, y ya esté en edad escolar, podemos ir sumando la cantidad de casas que tiene nuestra cuadra, lo que debemos pagar por compras de objetos de poco valor y luego llevarlos a pasear con nosotros y hacerlos sumar los precios de las mercaderías que vayamos adquiriendo de montos cada vez más altos, siempre esperando que domine cuentas más fáciles para acceder a lo más difícil. Otra manera es esperar la oportunidad de que quiera tener algún objeto, y en lugar de comprárselo enseguida ir dándole el dinero de a poquito para que lo vaya juntado, lo sume y controle cuánto le falta para lograr el objetivo.
Las cuentas pueden escribirse al principio para resolverlas con mayor facilidad especialmente si ya le estamos enseñando a sumar con más de una cifra, pero luego tratemos de que lo haga en forma mental, con algunos truquitos. Si tiene que sumar por ejemplo 12 + 18 le resultará más fácil primero sumar las decenas: 10 +10 = 20 y luego 2+8 = 10 para luego sumar ambos resultados.
El aprendizaje de la suma se combina con el de la resta, para lo cual debemos hacer el trabajo inverso.