¿Cómo mejorar la caligrafía?
La caligrafía es un arte, y consiste en escribir con letras parejas y en algún estilo particular; pero en este caso nos referiremos simplemente a la aptitud para escribir de modo entendible y prolijo, que es un requisito para que la escritura cumpla la función comunicativa para lo que fue creada.
Escribir de modo bello es atractivo, invita a que el lector se entusiasme en el contenido y al no costar descifrar lo que dice, recorrer las líneas se torna ameno y agradable. Una carta de amor, de buenos augurios o amistad, escrita con caligrafía deficiente seguramente no impresionará demasiado bien al receptor, y le quitará el objetivo emocional pretendido. En la escuela es habitual que los niños escriban con tan mala caligrafía que resulta casi imposible leer sus producciones, las que pueden ser muy buenas pero no valoradas, al ser inentendibles, lo que seguramente bajará su calificación. Si a esto se suma una mala ortografía, el resultado será doblemente malo.
Cuando el ser humano comienza a aprender a escribir es normal que lo haga con caligrafía deficiente, pero debe mejorar con el tiempo. Es más habitual la mala caligrafía en hombres que en mujeres, siendo un problema en la motricidad fina, que puede mejorar con la práctica, y poniendo mayor tiempo, atención y cuidado.
Si bien entonces, una buena caligrafía tiene una función estética, además, tiene otra que es más esencial, transmitir ideas; y en este caso, escribir de modo legible es no solo recomendable sino inexcusable.
Pero… ¿Cómo hacemos si ya hemos adquirido el hábito de escribir con caligrafía inadecuada? Simplemente cambiar el hábito mediante la práctica del dibujo correcto de las letras, parejas y bien formadas para integrar palabras que al dibujarlas resulten comprensibles al leer. No es la solución escribir siempre ayudándose con medios electrónicos pues no siempre contaremos con ellos para comunicarnos: completar una solicitud de trabajo en el momento o redactar un examen, son solo algunos de los acontecimientos en que notaremos (o mejor dicho notarán) nuestra deficiencia.
Se debe observar el modo cómo se toma el lápiz o el bolígrafo, pues es probable que se lo esté haciendo mal y eso influya de modo determinante; otra posibilidad es la ansiedad por escribir rápido. Ayuda todo lo que estimula la motricidad fina: recortar figuras, dibujar, pintar, y sobre todo, pensar cuando se escribe sobre cómo se lo está haciendo, para tomar conciencia, ya que solo si uno se lo propone se podrá logar el cambio favorable.