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Evaluación holística

Publicado por Hilda Fingermann

La evaluación holística es una evaluación abarcadora, globalizadora, que comprende al adecuando y su proceso de aprendizaje como un todo (con sus habilidades motrices, psicosociales y afectivas) y no solo sus aspectos intelectuales, y así es como debe ser evaluado el alumno, al menos en las etapas de la enseñanza obligatoria. Los alumnos son personas, seres humanos, y no simples máquinas que acumulan conocimientos.

Para poder evaluar holísticamente debe haber entre docente y alumno una comunicación abierta, donde se merite su trabajo diario, su responsabilidad, su capacidad de escucha activa, su solidaridad con los compañeros, su capacidad de argumentación, de resolución de situaciones problemáticas, su empeño en mejorar, partiendo de sus ideas previas, que el maestro debe esforzase en conocer, etcétera.

Además, es importante resaltar que la evaluación holística no se limita a la interacción en el aula, sino que también debe considerar el comportamiento del alumno en otros contextos y situaciones. Por ejemplo, cómo se comporta en el patio de recreo, cómo interactúa con sus compañeros fuera del aula, cómo se comporta en casa, etc. Todo esto puede proporcionar información valiosa sobre las habilidades sociales, emocionales y de comportamiento del alumno, que son tan importantes como sus habilidades académicas.

La evaluación holística también implica un enfoque más reflexivo y crítico por parte del docente. En lugar de simplemente asignar calificaciones basadas en respuestas correctas o incorrectas, el docente debe analizar y reflexionar sobre el proceso de aprendizaje del alumno, identificar sus fortalezas y debilidades, y buscar maneras de apoyar su desarrollo y crecimiento. Esto puede requerir un esfuerzo adicional por parte del docente, pero los beneficios para el aprendizaje y el desarrollo del alumno son inmensos.

Si bien pueden no quedar totalmente desplazadas las evaluaciones tradicionales, solo pueden ser tenidas en cuenta como un simple aspecto más a evaluar en el conjunto. La taxonomía de Bloom es un ejemplo para concretar instrumentos de evaluación más precisos para cada aspecto a evaluar, como un intento de compatibilidad la educación tradicional de control con la evaluación integral informal.

Es también conveniente aclarar que cuando el maestro está durante todo el horario escolar con sus alumnos tiene de ellos mayor información que cuando ya en cursos más avanzados el maestro o profesor tiene a su cargo una materia o área específica; y comparte con los alumnos pocas horas semanales, aunque esto no es excusa para llevar un registro de lo que acontece en el aula en cada momento compartido, sea poco o mucho, y tener en cuenta al alumno como un todo, sin limitarse a valorar solo los exámenes u otros instrumentos tradicionales de evaluación.

En este sentido, es fundamental que el docente mantenga un registro detallado y actualizado de las observaciones y evaluaciones de cada alumno. Este registro puede ser una herramienta valiosa para el seguimiento del progreso del alumno, la identificación de áreas de mejora y la planificación de estrategias de intervención y apoyo. Además, puede ser una fuente de evidencia para demostrar el progreso y los logros del alumno a los padres, a otros docentes y a los administradores escolares.