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Evaluación continua

Publicado por Hilda Fingermann

La evaluación continua implica no hacer un corte en el proceso de enseñanza-aprendizaje para evaluar, tomando por ejemplo un examen con gran cantidad de temas, desarrollados en algún extenso período temporal, semanas, meses e incluso durante todo el ciclo lectivo (exámenes finales); sino hacerlo siempre que se tome contacto con los alumnos usando medios formales, premeditados y sistemáticos, pero fundamentalmente, informales (espontáneos) para ello. Su finalidad es esencialmente formativa.

No debemos entender que evaluar en forma continua significa tomar exámenes con mayor frecuencia para conocer los logros o deficiencias de los alumnos, fraccionando los temas; ni tampoco usarlos para saber si el rumbo llevado hasta entonces es eficiente; sino en vistas a la formación integral del niño, y evaluando en forma holística (globalmente). Se trata de conocer al educando para valorarlo en todas sus dimensiones desde el contacto cotidiano o la inmediación.

Cada contacto docente-alumno, alumno-alumno, es una oportunidad de apreciar al ser humano en su rol particular, como niño, como futuro ciudadano y como educando. Sus respuestas coherentes o no, su participación en clase, su actitud solidaria o egoísta, su interés por aprender o mejorar, la autonomía que demuestra en sus tareas, la aplicación práctica de los contenidos, el grado de comprensión de las consignas, la coherencia en las respuestas, la capacidad de resolución de situaciones problemáticas, son todas cosas a tener especialmente en cuenta, y no solamente que recuerde las lecciones, que muchas veces no habrá aprendido significativamente sino por mera repetición memorística.

El maestro que haga una evaluación continua debe ser un docente motivado, observador, dispuesto a realizar una tarea investigativa; que tenga interés e intención de recabar información sobre las características del grupo en general, y de cada alumno en particular, para adecuar a ellos las estrategias didácticas; saber sobre sus ideas previas para meritar sus progresos, conocer sus gustos para en lo posible utilizarlos como disparadores motivacionales, etcétera.