La inteligencia general
La escuela de la inteligencia general es una corriente de pensamiento que propugna la existencia de una inteligencia única, o general, entendida como aptitud para dar respuesta a problemas de diferente índole, basada en resultados de test cognitivos, que muestran resultados coincidentes midiendo distintas habilidades, como contrapartida de la teoría de las inteligencias múltiples descripta por Gardner Thurstone y Sternberg.
Para los defensores de la inteligencia única quien es inteligente para un tema o área, lo es también en cualquier otra. Son representantes de esta posición Galton, Jensen, Spearman y Eysenck.
Los primeros test de inteligencia medían capacidades sensoriales y procesos simples. A fines del siglo XIX, Binet desarrolló un test de inteligencia para clasificar a los alumnos, reconociendo a aquellos con déficit mentales. El test de Binet medía procesos complejos y la comprensión individual.
En el año 1904, Spearman, psicólogo inglés, experimentó con un grupo de personas a quienes sometió a diversos test que medían diferentes habilidades cognitivas, dando como conclusión, que entre los resultados de los diferentes test existía una correlación positiva, a la que llamó “positive manifold” o sea coincidente y subyacente en las distintas capacidades, factor al que denominó “g”, al que consideró genético. Además del factor “g”, reconoció la existencia de otros factores considerados específicos, denominados “s”, para cada habilidad, sobre los que puede influir la educación.
Además se comprobó la relación marcada entre el coeficiente intelectual y los tipos de reacción, por ejemplo a estímulos luminosos, lo que demuestra que una persona inteligente posee un gran desarrollo cerebral y sensorio. Las personas cuyo procesamiento neuronal es más veloz, tiene mayor capacidad de reacción.