La inteligencia lingüística
La inteligencia lingüística o verbal, es una de las tantas áreas que podemos reconocer en la inteligencia, dentro de las inteligencias múltiples, y quienes la poseen, son aquellos que se expresan en forma eficiente tanto oralmente como por escrito, dominando la gramática, la ortografía, la expresividad, el discurso y la argumentación.
Son para ellos las letras, las aliadas de su comunicación, y combinan palabras y frases de modo coherente e imaginativo, dando muestras de la riqueza del volumen léxico que dominan, logrando apasionar a quienes los escuchan o leen sus producciones.
La Lengua y la Literatura son sus asignaturas favoritas, en las que logran destacarse, tanto en su propio idioma como en lenguas extranjeras. Son capaces de desentrañar el sentido de los textos, entendiendo el vocabulario y las expresiones del autor, y ellos mismos, en muchos casos, pueden transmitir sus emociones por medio de poesías y prosas. Leen poemas, textos literarios o discursos expresando en ellos su sensibilidad, con diferentes tonos de voz y ritmo. Los políticos y abogados, al menos los exitosos, cuentan con este tipo de inteligencia, lo que les proporciona carisma y capacidad de liderazgo.
Además, las personas con alta inteligencia lingüística suelen tener una gran capacidad para aprender idiomas, ya que su facilidad para entender y utilizar las palabras les permite asimilar rápidamente las reglas gramaticales y el vocabulario de una nueva lengua. Esta habilidad les abre puertas a nivel profesional, ya que les permite comunicarse eficazmente en un mundo cada vez más globalizado.
Por otro lado, la inteligencia lingüística también se manifiesta en la capacidad para entender y utilizar metáforas y otros recursos literarios, lo que les permite crear textos ricos y expresivos. Esta habilidad también puede ser muy útil en el ámbito profesional, ya que les permite presentar ideas y argumentos de una manera atractiva y convincente.
Si bien hay personas naturalmente más dotadas que otras en esta inteligencia, puede cultivarse eficazmente en la escuela, estimulando la lectura silenciosa y en alta voz, el diálogo, el debate, la exposición oral y escrita, la elaboración de textos literarios y argumentativos, etcétera.
A los niños tímidos les cuesta hablar y mostrarse en público; y si bien se los debe respetar, poco a poco y sin presiones, pero con estrategias pedagógicas, se los debe ir alentando a vencer la timidez, y ganar seguridad en sí mismos, para que puedan expresar sus deseos, sentimientos, ideas y emociones; que a pesar de poder ser muy intensas y cuantiosas, no se aprecian si no logran exteriorizarlas.
Es importante destacar que la inteligencia lingüística no se limita a la capacidad para hablar y escribir bien. También incluye la capacidad para entender y analizar textos, para seguir y construir argumentos lógicos, y para utilizar el lenguaje de manera creativa y persuasiva. En definitiva, la inteligencia lingüística es una habilidad esencial en nuestra sociedad, que nos permite comunicarnos eficazmente y comprender el mundo que nos rodea.