Actividades curriculares
El proceso escolar es dinámico, y se lleva a cabo a través de acciones, tanto del educador como del educando. De las actividades programadas y llevadas a cabo a propuesta del docente, de acuerdo al plan de estudios, dependerá el éxito o el fracaso del proceso educativo.
No se trata de proponer cualquier actividad, sino que debe ser preseleccionada en pos del objetivo o de los objetivos, y del grupo de que se trate, en cuanto a su nivel de conocimientos previos. Madurez cognitiva y emocional, e intereses. Esto significa que la actividad debe ser pertinente, y además posible de realizar, fáctica y reglamentariamente.
No debe tratarse de una sola actividad, sino de un conjunto de ellas, y el protagonista debe ser el alumno.
Las actividades deben planificarse (en cuanto al tiempo, recursos, estrategias y complejidad) para luego ejecutarse, de acuerdo a instrucciones dadas; y ulteriormente exigen ser evaluadas en sus resultados, como forma de retroalimentación.
Debe tener alto grado motivacional para lograr que el educando entienda el propósito de la actividad y se comprometa en ella. En los primeros años de la vida escolar debe partirse del propio entorno, examinando, observando, comparando y relacionando los objetos que los rodean, y su ámbito social.
Deben aceptarse opiniones divergentes, salvo que contraríen valores supremos, en cuyo caso se les deberá explicar el por qué de la no aceptación.
Las actividades deben estar en función del proceso cognitivo y afectivo de los alumnos, y son mucho más valiosas, si son interdisciplinarias.
Las actividades del alumno pueden ser variadas: de observación, de recopilación de datos, de comparación, de síntesis, de elaboración de cuadros sinópticos o mapas conceptuales, de trabajos grupales, de comprobación de hipótesis, de debates, de elaboración de monografías, etcétera.