Actividades del alumno
En la actualidad el centro protagónico del proceso educativo está ocupado por e alumno quien debe protagonizar su aprendizaje, para formarse paulatinamente como estudiante autónomo.
Para que el alumno tome esta posición debe estar motivado intrínseca y/o extrínsecamente, ya que por más que el docente intente todas las estrategias posibles, si el alumno no quiere aprender, no aprenderá.
Para ello deben agotarse todos los caminos posibles, pues siempre habrá algún tema o modo de aprendizaje que despertará interés. No descartar tareas diferenciadas para cada niño. Me ocurrió que un alumno se negaba a redactar, pero averigüé que le gustaba dibujar, y con ello el alumno logró dibujar a los personajes de su relato y hacerlos dialogar.
Las actividades del alumno pueden ser individuales o grupales, con tareas en clase o extra clase, siempre bajo la guía del profesor que planificará las tareas en vistas a un objetivo educacional.
Las tareas individuales pueden consistir en leer, argumentar, resumir, sintetizar, elaborar mapas conceptuales o cuadros sinópticos, ver una película y analizarla, elaborar monografías, responder consignas, realizar tareas de experimentación, estudiar, etcétera.
Las tareas grupales incluyen la recolección de información, la distribución del trabajo, debates, comparaciones, argumentaciones, correcciones, elaboración de conclusiones. Pueden incluir experimentaciones y trabajo de campo.
Aunque la clase expositiva debe ser usada con poca frecuencia y por períodos temporales cortos, puede ser muy bien aprovechada para ejercitarlos en la toma de notas.
Una actividad propia del docente es la evaluación; sin embargo no es malo que los propios alumnos se juzguen a sí mismos, ayudándolos el adulto mediante guías de preguntas, a reflexionar sobre su propio aprendizaje, autoevaluándose, y luego discutiendo sus apreciaciones con el maestro en diálogo constructivo, personal y privado.