Concentración para estudiar
Concentrarse para estudiar es lograr que el foco de atención del alumno se centre en el material de estudio, sin distraerse con ruidos, imágenes o hechos que suceden a su alrededor o pensamientos que lo preocupan.
Los jóvenes si bien poseen mayor plasticidad para aprender y memorizar, tienen menor concentración que los adultos, pues estos suelen ser más metódicos y organizados, además de tener las metas más claras.
Si uno está estudiando pero con la mente ocupada en otra cosa, es imposible aprender. Suele escucharse en las mesas de exámenes: “estudié todos los días, durante todo el día un mes entero, y salí mal”. Lo que deviniéramos preguntarnos es si realmente su mente estuvo allí junto con su cuerpo, o si deambulaba por cualquier otro sitio.
Es inevitable que si alguien tiene una preocupación real la concentración será muy difícil, por ejemplo una enfermedad grave propia o de un ser querido; la muerte de un familiar; una separación de pareja, un problema económico acuciante; etcétera. En estos casos lo mejor es tratar de superar esas crisis, tomándose un tiempo sin imponerse presiones extras, y tratando de distraerse o buscar ayuda profesional, para luego, cuando se esté menos presionado, poder concentrarse en el estudio.
Sin embargo, la mayoría de las veces, la falta de concentración no responde a problemáticas graves, sino a distracciones comunes. Muchos creen que estudiar con música fuerte o mirando televisión es productivo, y están equivocados. La única música permitida es la de niveles muy bajos. Los sonidos externos altos siempre distraen. Se recomienda estudiar en sitios cómodos, iluminados, silenciosos, habiendo desayunado saludablemente (ni poco ni demasiado) y dormido bien.
Poner el foco en el fin (aprender) requiere motivación, por lo tanto se debe sentir que estudiar es importante, y para ello debemos poner todo nuestro interés en esa tarea. Importa más la calidad del tiempo de estudio (el tiempo que estemos concentrados) que la cantidad de tiempo que le dediquemos. Si estudiamos pensando en nuestro novio o novia, es mejor que lo/a veamos un ratito; si estamos agotados es mejor que nos tomemos un pequeño recreo… pero luego, a focalizarse en el tema, a estudiar sin excusas. Lograr concentrarse es también cuestión de hábito: una vez que se logra, aunque sea por un rato, luego puede extenderse a plazos cada vez más largos.