Conrado Benítez
Fue un hogar humilde de la provincia cubana de Matanzas el que celebró la llegada al mundo de Conrado Benítez, un día 19 de febrero del año 1942. Su padre era agricultor y su madre empleada doméstica. Del niño se ocupó su abuela cuando el matrimonio se separó. Cursó en la escuela pública sus estudios primarios siendo introvertido, tímido y responsable, lustrando zapatos y haciendo pan para ayudar al sostenimiento del hogar, lo que atrasó un poco sus aprendizajes. Prosiguió su capacitación el Instituto “José Martí” de La Habana, donde estuvo un año y luego regresó a su provincia. Con el primer año de bachillerato concluido lo esperaba una importante misión:
Para instruir a los campesinos relegados, cumpliendo el plan que propuesto por Fidel Castro, líder de la revolución comunista triunfante, de erradicar el analfabetismo en la isla, partió a Sierra Madre y Minas del Frío para capacitarse.
Instalado en Escambray, donde brindaba desde hacía seis días su enseñanza a unos cuarenta niños y otros tantos adultos, con gran devoción y cariño, en precarias condiciones pero con mucho ingenio, construyendo él mismo los pupitres con maderas. fue capturado por los contrarevulocionarios y llevado a Las Tinajitas, el 5 de enero de 1961, donde fue torturado y luego ahorcado por ser de raza negra y comunista, junto a otros inocentes campesinos, contando tan solo con 19 años. Donde yacen sus restos se ha construido un obelisco en su memoria, como mártir de una lucha justa para desterrar la ignorancia. Su legado continuó en las brigadas que portando su nombre realizaron una gran labor en pos de la alfabetización cubana.