El gusto de leer
Muchos niños jóvenes, y también adultos, han perdido el gusto por la lectura, impresionados por la invasión de imágenes que captan su atención de modo más espectacular y contundente. Sin embargo, la lectura es otra cosa. Hace que el lector tenga un mayor compromiso, ya que exige prestar mayor atención, interpretar las palabras e imaginar los sucesos.
Quien lee asiduamente tiene mejor redacción, más comprensión lectora y menos faltas de ortografía.
La lectura y los medios visuales, no son incompatibles, sin embargo. Yo he disfrutado mucho leyendo un buen libro, y luego viendo su proyección cinematográfica basada en el mismo, para compararlos. En argumento, el ganador fue sin dudas el libro, pero visualmente, la versión cinematográfica, me aportó muchísimo.
Leer debe constituirse en una tarea placentera, querer saber lo que las páginas encierran por curiosidad, y por lo tanto, el material de lectura debe ser motivador y estar acorde con la edad del lector. Los padres tienen en ello mucha responsabilidad. Los niños imitan, y si ven que en la casa se lee, querrán hacerlo. Si se les lee cuentos de pequeñitos, ellos querrán poder hacerlo por sí mismos, lo antes posible, si se los ha educado en la independencia.
Muchos programas escolares incluyen lectura de textos muy aburridos y alejados de los intereses de los niños o adolescentes a los que se destina. Es bueno que cada persona tenga preferencias por cierto tipo de temas, y debería darse las consiguientes opciones, entre varios textos de calidad, para que se realice la selección, y el alumno sienta que está involucrado en su aprendizaje, que se toman en cuenta sus gustos; y si el libro no le agradó, debe tener la oportunidad de expresar por qué, para recomendar el profesor otro libro, que responda a sus necesidades.