Educación
Inicio General Rousseau y la educación

Rousseau y la educación

Publicado por Hilda Fingermann

El famoso filósofo de la Ilustración y creador del “Contrato Social” donde el pueblo cede al Estado sus derechos y se somete a la voluntad de la mayoría para el bien común, sentando las bases del estado democrático, nació en Ginebra (Suiza) el 28 de junio de 1712, y murió en Francia el 2 de julio de 1778.

Si bien no fue un pedagogo sino un filósofo con grandes inquietudes políticas, expresó en su novela “Emilio” (1762) dividida el cinco libros, ideas revolucionarias sobre educación, pues consideró que solo por la educación se formaría una sociedad de hombres libres conocedores de sus derechos y obligaciones, y respetuosos de los derechos de otros.

Pregonó una educación libre en contacto con la naturaleza, donde el niño, que un sujeto diferente al adulto, en sus características y necesidades, irá aprendiendo a su propio ritmo, desarrollando sus emociones y pasiones, las que privilegió por sobre la razón, que se irá desarrollando paulatinamente a través del conocimiento de lo que lo rodea.

El educando aprenderá en la medida de su curiosidad e interés, alejándolo de la sociedad que es la que corrompe su bondad innata, y le impone aprender cosas que están lejanas a su entendimiento pues nunca las vio, y se pretende que las aprehenda a través de un libro. Esto solo pueden hacerlo los adultos.

En el libro primero, trató de la educación de Emilio, a quien acompañó su tutor en los dos primeros años de vida. Consideró que el niño nace despojado de todo saber, y lo va adquiriendo a través de sus experiencias y fundamentalmente a través de juegos. Por eso no se le debe restringir su libertad de tocar, sentir, probar. También debe conocer los rigores de la naturaleza como el hambre o el cansancio para que su cuerpo se haga más fuerte.

En el libro segundo, privilegió la enseñanza paciente de la virtud moral, consistente en hacer el bien, pero nunca debe obligarse a que el niño pida perdón ni tampoco que sea pasible de castigo. Sigue el conocimiento experimental, donde el niño interactúa con el mundo que lo rodea y así lo conoce.

El libro tercero se ocupa de la adolescencia en sus primeros años (12 o 13 años) donde debe continuar su educación por descubrimiento personal voluntario y aprender un oficio de tipo manual para iniciar el proceso de socialización y comenzar a practicar deportes de grupo.

En el libro cuarto se ocupa del apogeo adolescente, y ya puede el niño ingresar a la sociedad, educando los sentimientos y comenzando la educación religiosa.

En el libro quinto ya Emilio tiene 20 años, viaja a conocer el mundo y elegir la posición que ocupará, tiene una relación amorosa con Sofía, avanzando hacia el matrimonio, para ocupar los distintos roles sociales.