María Montessori y la educación
María Montessori fue una médica psiquiatra italiana, la primera en su país, y filósofa; sin embargo eligió la profesión de ser una educadora, que vivió entre los años 1870 y 1952.
Sus estudios de psiquiatría la llevaron a relacionar la delincuencia con el abandono infantil, y se ocupó de la educación de los niños con deficiencias mentales, a quienes estimuló a través de la manipulación de objetos. Esos trabajos los trasladó luego a niños normales.
La educación infantil debe basarse en la paciencia, la libertad y el respeto por el niño, quien se le debe permitir opinar y quejarse. Debe ser el propio niño quien gane conocimientos a través de la experiencia sensible, y de su curiosidad, que lo mueva a hacer, al ritmo de su propia naturaleza. Es una valiosa representante de la escuela nueva o activa, al igual que Pestalozzi, pedagogo suizo que la precedió, y cuyos trabajos influyeron en esta educadora.
Agrupaba a los niños por edades, en franjas de dos o tres años dentro de cada grupo, respetando las etapas evolutivas. Los padres debían involucrarse en la educación que debía estar al servicio del niño en cuanto a que el currículum debía adaptarse a sus intereses, y el mobiliario a su tamaño. El maestro debía ser un guía y observador respetuoso del niño, puesto a su servicio, para acompañarlo en sus descubrimientos.
Entre 1912, año en que se publicó su libro “El método Montessori” y 1914 las enseñanzas de Montessori tuvieron gran auge en América, sobre todo en Estados Unidos. En 1914, el profesor de la Universidad de Columbia, William Kilpatrick, se opuso a las prácticas de Montessori, por considerarlas anticuadas, individualistas y con poca variedad de herramientas, además de criticar la enseñanza de matemática y lecto-escritura en el nivel preescolar, donde sugería solo el aprendizaje de habilidades como reconocimiento de colores y el uso de tijeras, para recortar y pegar. En el resto del mundo siguió usándose su método, salvo cuando el fascismo y el nazismo irrumpieron en Italia y Alemania, respectivamente, restándole libertad a la educación. En Estados Unidos luego de 1960, volvió a utilizarse.