La educación en África
África del Norte está integrada por Egipto, Túnez, Marruecos, Argelia, Libia y Sudán. Estos países ofrecen una educación que si bien no es ejemplar para el mundo, ha avanzado en cuanto al acceso universal a la educación primaria, aunque la inequidad en cuanto a la diversa educación entre pobres y ricos y con respecto al sexo femenino es frecuente.
En Egipto por ejemplo, la educación puede ser secular o religiosa, ésta destinada a la enseñanza del Islam y que reúne aproximadamente el 5 % de los estudiantes. La obligatoriedad y la gratuidad de la enseñanza, comprende entre los 6 y los 15 años. A pesar de la obligatoriedad el índice de deserción escolar es muy alto, por la pobreza.
La educación primaria dura de primero a sexto grado y es común para niños y niñas. La enseñanza secundaria está dividida por sexos. Luego viene el ciclo secundario de cuatro años, culminando la educación en la universidad Al.Azahar, pero no basta para ingresar el certificado de estudios secundarios sino que se debe presentar el del Instituto de Recitación del Corán.
Hay ofertas educativas por parte de instituciones americanas y británicas. En los últimos años, se ha visto un incremento en la inversión en educación por parte de estas instituciones, lo que ha permitido la creación de programas de becas y la mejora de las infraestructuras educativas. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar una educación de calidad para todos los niños y jóvenes en estos países.
La realidad de África subsahariana o África negra, con casi la mitad de la población en situación de pobreza extrema, afrontando guerras, flagelos como el SIDA, la educación formal, que resulta muy difícil al ser impartida en el idioma de los colonizadores, sufre una crisis muy profunda; y la UNESCO desarrolla programas para tratar de aminorar ese déficit que se manifiesta en gran cantidad de analfabetismo, repitencia y deserción escolar. Son los niños de esta zona los que representan el 40 % del total de los analfabetos del mundo. Esto afecta sobre todo a las niñas que contraen matrimonio a edades muy tempranas.
En este contexto, la educación no formal, que incluye la educación en habilidades para la vida y el trabajo, la educación para la salud y la educación para la paz, juega un papel crucial. A través de estas formas de educación, los jóvenes pueden adquirir conocimientos y habilidades que les permitan mejorar sus vidas y las de sus comunidades.
Sudáfrica y Zimbagüe son en la región los menos críticos y esto se debe a que se respeta en la educación las lenguas locales, o sea las que se usan en el ámbito familiar. En Sudáfrica, la educación que puede ser pública o privada, y es obligatoria entre los 7 y los 15 años.
En Sudáfrica se halla la UNISA, la Universidad pública de Sudáfrica, una de las más grandes a nivel mundial, fundada en 1873. En los últimos años, esta universidad ha hecho esfuerzos significativos para expandir su alcance y mejorar la calidad de su educación, a través de la implementación de programas de educación a distancia y la introducción de nuevas disciplinas académicas. Sin embargo, aún enfrenta desafíos significativos, como la falta de recursos y la necesidad de mejorar la calidad de su enseñanza e investigación.