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La interculturalidad en la escuela

Publicado por Hilda Fingermann

La interculturalidad significa confluencia de culturas, de puntos de vistas y miradas diferentes de una misma realidad, basadas en construcciones sociales que cada grupo incorpora como verdaderas, y puede diferir de las de otros grupos, sobre modos de hablar, de vestirse, de expresarse artísticamente, de gustos alimentarios, de ideologías, de religión, etcétera, pero que dialogando entre los distintos miembros de cada comunidad, pueden hallarse puntos en común sobre los valores esenciales, que hacen a la dignidad humana.

Convivir entre distintas culturas en la escuela, puede llevar a conflictos y discriminación, o puede servir para que todos se enriquezcan, despertando el espíritu solidario y cooperativo, mostrando que más allá de fronteras geográficas, raciales, ideológicas o religiosas, somos seres humanos con mucho para dar y mucho para aprender de los demás, sin que existan algunos que valgan más u otros que se valoren negativamente.

Crecer en la diversidad implica reconocer en el otro sus diferencias y similitudes, respetarlo y exigir respeto por nuestro modo de ser; relacionarse con el otro de cultura distinta con ansias de descubrir lo que tiene para aportar, y entregar lo que uno tiene con la generosidad y la humildad necesarias de saberse tan solo un ser humano, igual al otro en su valía y solo diferente en sus accidentes, por haber nacido o haber sido criado en otro lugar, con otras creencias y costumbres.

El proceso de inmigración cada vez más acentuado hace nacer esta multiculturalidad, pero recién será interculturalidad cuando todos convivan sumando, y no enfrentando sus visiones.

El artículo 11 inciso d de la nueva Ley de Educación de la República Argentina, fija como uno de los objetivos de la política educacional nacional, el fortalecimiento de la identidad nacional, pero que se encuentre basada en el respeto a la diversidad cultural y

las particularidades locales, con apertura a valores universales y a lograr la integración

regional y latinoamericana.

En el inciso ñ del mismo artículo, se compromete al respeto de la lengua y de la identidad cultural de los pueblos aborígenes.