La escuela y las culturas populares
La escuela tradicionalmente ha incorporado a su currículum lo impuesto por la cultura dominante (en sus libros, en sus manifestaciones artísticas, en su lenguaje, en su ideología, etcétera). Lo popular ha sido visto como aquello propio de ámbitos no académicos, y quienes conforman esa cultura, se han visto relegados a un segundo plano.
Los estudiantes de hogares humildes, de barrios pobres o de pueblos originarios, que tienen costumbres diferentes a las de la elite, deben adaptarse en la escuela, al modo de hablar, de pensar y de actuar de aquellos que han impuesto su modo de ver el mundo como el único verdadero, o resignarse a ocupar lugares marginales, que luego reproducirán en el mundo laboral.
Si observamos una escuela tradicional, podríamos creer que en esa sociedad en la que está inserta hay una sola cultura, que todos comparten o deberían compartir, donde la diversidad parecería querer ser borrada, o al menos que permanezca oculta.
Esta concepción tradicional de la escuela está actualmente en revisión, para incorporar a la escuela en un mundo intercultural, donde la cultura popular tenga cabida, no para aceptarla sin más, sino, al igual de lo que debe ocurrir con la cultura dominante ser objeto de análisis y evaluación. Solo así se logrará una sociedad que siembre en sus jóvenes la idea de tolerancia, de respeto a la diversidad y de verdadera igualdad de oportunidades.
Recibimos una herencia cultural que se nos impone y crea en nosotros una conciencia colectiva que logra la cohesión social. Pero hay otras culturas, como las aborígenes de América Latina, con sus propias tradiciones y lengua, que no puede ser desconocida si queremos ser amplios y con una educación para todos.
Los asimilacionistas son los que pretenden desterrar estas culturas distintas y que sus integrantes adopten una única cultura, la elitista, perdiendo sus raíces, y obligándolos a considerar que lo que traen como herencia cultural debe desestimarse y descartarse por ser disvalioso.
Quienes adhieren al relativismo cultural, tiende al respeto de cada cultura, pero al ser para ellos irreconciliables, proponen su desarrollo separado, otorgándoles la posibilidad de una educación complementaria, donde aprendan sobre sus tradiciones, pero por separado.
El multiculturalismo propone la integración de las culturas, que cada una aprenda de la otra, para enriquecerse, y propone que el currículum deba integrar todas las visiones culturales de la sociedad que cobija. La cultura es un fenómeno cambiante, y la escuela como institución debe registrar las diferentes visiones del mundo y del modo de actuar en él, para transformarlo en un lugar digno de ser vivido.