Escuela de puertas abiertas
Las escuelas tradicionales, aisladas de la comunidad y encerradas entre sus paredes altas y accesos restringidos, ha ampliado su horizonte y se ha integrado al mundo social que la circunda e incluso ha trascendido las fronteras de su propia ciudad, provincia o país, para abrirse al mundo a través de las nuevas tecnologías, sobre todo con el uso de Internet.
Las escuelas de puertas abiertas reciben los problemas y aportes del medio familiar y social del alumnado, y tratan de brindarles soluciones e incorporar ideas, con sentido solidario y cooperativo. Permite que los padres se involucren en el aprendizaje de sus hijos, y que la sociedad tome conciencia y valore el rol de las escuelas.
En la ciudad de La Plata, se dio nombre recientemente a escuelas que no lo tenían, eligiéndose entre denominaciones propuestas por los propios alumnos y docentes, votando incluso los vecinos. También se ha votado por Internet por parte de toda la población, la bandera para la ciudad, a partir de propuestas generadas por grupos de escolares de diferentes establecimientos.
La escuela necesita de la colaboración de los padres y éstos la de la escuela, por eso nada mejor que trabajar juntos, enviando a las familias desde los primeros días del ciclo lectivo los horarios disponibles para que puedan dialogar con sus maestros sin coartar su tarea, y mantener por cuaderno de comunicaciones un diálogo fluido sobre cualquier situación positiva o negativa respecto de los niños, a efectos de conocerlos mejor, y así poder formarlos integralmente.
Incorporar tradiciones propias de la zona o de la propia cultura de los niños; la lengua de origen cuando se trata de poblaciones originarias; participar en actos locales; conocer a partir de lecciones paseos, su ciudad en sus diversos atractivos, ayuda a que la escuela no se aísle de la comunidad de la que forma parte activa y trascendente.