Aprendizaje incidental
Dentro de los aprendizajes significativos, que promueven la incorporación de conocimientos a largo plazo, encontramos el aprendizaje incidental (hecho no esperado pero derivado y conexo con otro) que surge ajeno a toda planificación e intencionalidad, donde se aprovechan para aprehender por observación, distintas situaciones cotidianas, como dando un paseo, viendo televisión, leyendo un libro, jugando, visitando lugares, conversando. Es lo que vulgarmente decimos “me lo enseñó la vida”, puesto que no hay un educador formal que lo haga. Si bien es el ámbito familiar donde más se estimula este tipo de aprendizaje, en especial en los primeros años de vida; la escuela, a través de sus maestros, puede y debe, fomentar el aprendizaje incidental, por ejemplo, cuando durante un paseo por un parque, los docentes organizan un juego para ver qué equipo puede recolectar más hojas de diferentes formatos, y los niños se interesan por saber a qué especies pertenecen, o, en el mismo contexto observan a un hornero construir su casa, o cuando en el aula, los niños comprenden que si hablan todos al mismo tiempo no pueden escucharse o entenderse y entonces, aprenden a respetar los turnos para expresarse, o cuando observan que siendo solidarios con un compañero, ellos también se benefician pues obtienen su amistad y gratitud, o cuando comprenden que las palabras pueden sanar pero también hacer daño, etcétera.
Entre los ejemplos de aprendizaje incidental fuera del aula, podemos mencionar, al niño que aprende la bandera de los países del mundo jugando a un videojuego donde cada equipo está representado por su emblema nacional; el conocimiento de una lengua extranjera, cuando se la incorpora a través de conversaciones con personas que hablan ese idioma, o viajando al lugar.
La persona que realiza este aprendizaje no hace esfuerzo alguno y en general resulta mucho más gratificante que cuando se hace por obligación, pues en este caso se trata de un modo flexible y ameno de aprender. El aprendizaje incidental requiere que el sujeto se interese e involucre, para despertar su curiosidad y su reflexión.
El aprendizaje incidental es un complemento ideal del aprendizaje formal, pues cada día ocurre en el seno del aula, aunque no nos demos cuenta, aunque el aprendizaje formal, consideramos que es muy importante, por tener objetivos claros, y ser más seguro y medible, permitiendo, por ende, una certificación de saberes.