Elementos del aprendizaje
Cuando alguien aprende modifica su conducta y su visión del mundo, cambia; acrecentando sus conocimientos, ya sean conceptuales, valorativos o adquiere nuevas herramientas para la resolución de problemas.
Aprendemos desde que nacemos debido a la interacción con nuestro medio natural y social, y por el desarrollo de nuestras capacidades innatas. El niño aprende a balbucear o gatear sin necesidad de estimulación externa, y tiende sólo a pararse y comenzar a caminar; aunque lo hará más rápidamente si recibe estimulación de los adultos o niños mayores, que lo rodean. Paulatinamente irá aprendiendo, sobre todo por imitación, a repetir palabras, las que irán cobrando significado por asociación con el objeto que les mostremos, ingresando así al mundo cultural que le hemos construido.
Observará su entorno y elegirá las conductas a incorporar que le sean apropiadas para lograr sus fines prácticos. Por ejemplo comprenderá que llorando mamá se conmueve y le da el juguete o golosina que de lo contrario no obtenía. Pero más tarde los adultos le exigiremos que incorpore ciertos saberes que consideramos necesarios para poder desenvolver su vida futura e incorporarse como adulto útil a la sociedad que le ofrecemos e imponemos. Para ello hemos creado las escuelas que seleccionan un currículum considerado valioso e imprescindible para preparase para la vida, currículum que sufre variaciones acordes con las transformaciones políticas y sociales.
Además, es importante destacar que el aprendizaje no se limita a la adquisición de conocimientos teóricos. También incluye el desarrollo de habilidades y competencias, como la capacidad de resolver problemas, la creatividad, el pensamiento crítico, la empatía, la capacidad de trabajar en equipo, entre otras. Estas habilidades son esenciales para el éxito en la vida personal y profesional, y deben ser fomentadas desde la educación temprana.
En la escuela el niño, y luego el adolescente irán modificando su estructura cognitiva de acuerdo a un proceso sistemático que tomará en cuenta su grado de evolución o maduración intelectual y afectiva, que se combinará con otros aprendizajes que reciba en otros ámbitos (medios masivos de comunicación, grupos de pares, club, comunidades religiosas, seno familiar, etcétera).
En este proceso de enseñanza-aprendizaje escoñar, podemos reconocer una serie de elementos que podemos clasificar en:
1. Subjetivos: El alumno que aprende, en forma personal y protagónica, en colaboración con sus compañeros y bajo la guía y supervisión del docente. En este aspecto intervienen, la personalidad del educando, su tipo de inteligencia y estilo cognitivo (que el maestro debe descubrir para personalizar las estrategias) y la motivación tanto intrínseca como intrínseca.
2. Objetivos, que a su vez podemos dividir en:
a. Espaciotemporales: El aprendizaje será tanto más eficaz cuando se le destine un espacio acondicionado con luz, ventilación adecuada, calefacción, mobiliario cómodo y se le dedique el tiempo suficiente para que el proceso se lleve a cabo. No menos tiempo, pues el nuevo contenido no se integrará a los previos; y no más, pues se derrochará el tiempo que podría aprovecharse en un aprendizaje nuevo. Por supuesto que este factor temporal dependerá del grupo, pues no todos aprenden al mismo tiempo, y algunos deberán esperar a sus compañeros, mientras otros requerirían apoyo extraescolar.
b. Instrumentales: Estrategias de enseñanza-aprendizaje, y material didáctico. Aquí se incluyen los recursos y herramientas que se utilizan para facilitar el aprendizaje, como libros de texto, tecnología educativa, materiales manipulativos, entre otros. Estos recursos deben ser seleccionados y utilizados de manera estratégica, para maximizar su impacto en el aprendizaje.
Además, es crucial el papel del docente en este proceso. El docente no solo transmite conocimientos, sino que también guía, motiva y apoya a los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Debe ser capaz de adaptar su enseñanza a las necesidades y características de cada estudiante, y de crear un ambiente de aula que promueva el aprendizaje activo, la participación y la colaboración.
Por último, es importante mencionar que el aprendizaje es un proceso continuo que se extiende a lo largo de toda la vida. No se limita a la etapa escolar, sino que continúa en la vida adulta, a través del aprendizaje autónomo, la formación continua, la experiencia laboral, entre otros. Por lo tanto, es esencial desarrollar habilidades de aprendizaje autónomo y una actitud positiva hacia el aprendizaje, que permitan a las personas seguir aprendiendo y creciendo a lo largo de toda su vida.