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Intereses del alumno

Publicado por Hilda Fingermann

Los intereses del alumno varían de acuerdo a la etapa escolar en que se encuentre y de sus características personales. No podemos pretender que un niño en su escolaridad primaria o secundaria tenga la misma motivación intrínseca que un estudiante que se está preparando para ejercer la futura profesión que él mismo eligió.

En los niños pequeños los intereses son concretos, y por eso hay que mostrar la tarea como un desafío, una competencia con los demás o con él mismo; un poco más grandes ir explicando el por qué debe aprender ciertos temas y adoptar ciertas conductas, muchas veces trayendo ejemplos de la vida cotidiana, donde se muestre que el conocimiento es necesario, para tratar de lograr que en cualquier etapa del aprendizaje el interés del alumno se centre en aprender como una herramienta útil para su vida presente y futura, y no solo para que sus padres se pongan contentos u obtener buenas calificaciones. En esto se basa la motivación intrínseca versus la motivación extrínseca, aunque nada impide y es deseable, que ambas puedan coexistir.

El maestro debe indagar qué cosas les preocupan a los niños o los motiva intrínsecamente, para usar esos temas como disparadores para despertar el interés mediante la motivación extrínseca. Siempre se aprende mejor cuando se ve la utilidad que reporta y el tema parece relevante. Por ejemplo en la adolescencia se puede partir del embarazo precoz, y usarlo para hacer estadísticas en Matemática, o ver en qué países es más habitual aprendiendo así Geografía, o en Lengua hacer una redacción sobre el tema, o en Historia ver cómo se fue dando este hecho a través del tiempo y en las diferentes culturas, y obviamente es fundamental su tratamiento desde la Biología. El juego es también muy útil como forma de aprender (un ejemplo concreto es cómo los niños saben las banderas de los países por los juegos de video de fútbol).