Contratos didácticos
Entendiéndose por contrato todo acuerdo entre partes con un fin determinado, surgido de la libre voluntad de los intervinientes, es útil establecer entre educando y educador estos pactos, que generen compromiso, en pos de obtener resultados favorables en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Pueden hacerse entre el profesor y todos los alumnos de la clase, explicitando las condiciones en que se desarrollará el proceso didáctico. Por ejemplo, el profesor se compromete a explicar las veces que sea necesario para comprender el tema, pero a su vez los alumnos se obligan a escucharlo con atención; de lo contrario, el profesor ya no volverá a repetir la explicación.
Son muy importantes, los contratos que se hacen con cada alumno en su singularidad, sobre todo si existen problemas, que hagan que este alumno no pueda estar a la par del resto del curso. No pueden establecerse de forma coercitiva, sino que el alumno debe estar dispuesto a cumplir lo acordado, visualizando sus beneficios para mejorar los contenidos presentes en su estructura cognitiva, en cantidad y calidad. El educando debe estar convencido de que necesita ese progreso y que los medios que se han buscado, de acuerdo con el docente para lograrlos, son los correctos. Se establecen condiciones individualizadas para cada alumno, de acuerdo a lo que se considere necesario en cada caso particular. Así, puede entenderse que un alumno debe mejorar su capacidad analítica, otro su conducta, otro su comprensión lectora, etcétera.
Se le dan a los estudiantes varias opciones para cumplir con su parte en el contrato, que incluso pueden surgir de sus propias propuestas; y luego de seleccionados los medios, las ayudas, y el tiempo de duración, deberá evaluarse la eficacia del contrato, en su integralidad, siguiendo los pasos de la evaluación formativa. Se deberá preguntar el docente si el alumno actuó con responsabilidad, si le dedicó tiempo, si buscó el material y las ayudas previstas, si ejercitó las tareas, o si se comportó de acuerdo a lo acordado, según el caso. El alumno también hará su aporte en la evaluación, señalando sus dificultades, a efectos de corregir métodos o acrecentar ayudas; y reconocerá sus logros.
Tienen como beneficio, hacer de la enseñanza-aprendizaje un proceso dinámico, comprometido y personalizado.