Educación

Hiperaulas

Publicado por Hilda Fingermann

Con hiperaulas, teniendo en cuenta que el prefijo hiper, implica hablar de exceso o de algo que trasciende a lo que consideramos normal, nos referimos a la nueva y mayor dimensión que cobra, en esta modalidad de enseñanza, el concepto de aula tradicional, cerrado, nuclear y esquemático.

Las hiperaulas se conciben como un modo flexible de instrumentar el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde son válidas todas las opciones que brindan los medios presenciales y a distancia.

En las hiperaulas se combinan los trabajos individuales, los grupales y los por proyectos, con alumnos, que no, necesariamente deben asistir al mismo curso, y organizados por docentes que trabajan en equipos interdisciplinarios, usando las nuevas tecnologías, que les permiten acceder a un cúmulo de información enorme, realizar simulaciones, conectarse con estudiantes de diferentes lugares, con expertos, etcétera, y también el soporte papel, enriqueciendo sus conocimientos teórico-prácticos y no mostrando las disciplinas como compartimentos estancos, siempre teniendo como protagonistas de su propio aprendizaje, a los educandos.

Así como el espacio es flexible, pudiendo desarrollarse en un aula, en un patio, laboratorio, en un salón de actos, en espacios abiertos o cerrados fuera del aula (parques, empresas, campos, etcétera) o de modo virtual, en el entorno áulico o en sus casas; también lo son los tiempos, para evitar las rutinas, que suelen ser tediosas; sin olvidar que la tarea debe hacerse de modo responsable, pues hacerlo a sus tiempos, no significa no hacerlo nunca, o hacerlo cuando se le ocurra, sino en el tiempo que se necesite, atendiendo a la diversidad, pero poniendo voluntad.

Los alumnos, en las hiperaulas, deben tener opciones de agruparse según sus intereses, para lo cual deben contar con varias alternativas, para abordar los temas de un currículo también flexible, que tiende a reforzar habilidades tanto individuales como sociales; y luego compartir sus aprendizajes con sus compañeros.

Para poder implementar esta modalidad se requiere de los docentes, predisposición para el trabajo colaborativo, pues tienen que planificar y guiar a los alumnos en conjunto con sus pares; actitud motivadora; pensamiento abierto hacia otros modos de enseñar; capacidad de diálogo y empatía, tanto para con sus pares como con los adultos, en quienes tienen que fomentar la inteligencia emocional, debiendo contar también con ella. Sin embargo, es difícil, muchas veces, contactarse y asumir con otros docentes el manejo de los grupos, en especial, en el nivel secundario, pues los docentes tienen muchos cursos, y van de un colegio a otro; sin tener el tiempo suficiente para coordinar con tantos pares.

Se necesita, también de una infraestructura, y mobiliario adecuados, dispositivos tecnológicos y acceso a Internet, lo que muchas veces, por razones económicas, no es posible, especialmente en países que no desarrollados.