Teoría de Dewey
John Dewey fue un pedagogo neoyorquino, filósofo pragmático y psicólogo que vivió entre los años 1859 y 1952.
Su aporte al aprendizaje es muy valioso, basándolo en el aprendizaje experimental, sirviendo el docente de orientación y guía al alumno, quien debe despertar su natural curiosidad, y que se constituye en el centro y protagonista del proceso, tomando en consideración sus intereses, pero orientándolo hacia la currícula que se pretende enseñar (compatibilizando la teoría tradicional basada en la transmisión de conocimientos culturalmente considerados valiosos con la del interés del niño, que no tiene en cuenta el currículm) utilizando distintos métodos para lograr el aprendizaje, generales y particulares, de acuerdo a la materia que se quiera enseñar y aprender, y de acuerdo a cada niño, partiendo de experiencias reales y concretas de educando, cuya mente no es una “tábula rasa”, como la que John Locke decía era la mente humana al nacer, y se debía aprovechar esa experiencias, pues se aprende solucionando problemas cotidianos. Calificó a la escuela de “laboratorio” donde las hipótesis teóricas deben probarse, aplicando a todo conocimiento el método científico.
Se debe aprovechar lo que el niño ya sabe y sus intereses, para orientarlos en el ámbito escolar hacia los fines positivos propuestos. Se parte de una actividad concreta, conocida por el niño, por ejemplo, la carpintería, y partiendo de ella se estudia, como se inició (Historia) en qué lugares se desarrolla con mayor eficacia (Geografía) su aporte al ingreso per cápita (Economía) etcétera.
El objetivo de la enseñanza es para Dewey educar para ser libres y vivir y democracia, y pregonaba la interrelación entre lo teórico y lo práctico, pues lo teórico debe, ser corroborado por la experiencia para transformarse en conocimiento.