Alumno con TDAH
Los alumnos que presentan este problema de déficit de atención son una gran preocupación para padres y maestros. Son esos niños impulsivos, que molestan al docente y a sus compañeros, que están siempre moviéndose de un lugar a otro, que no pueden permanecer quietos en sus lugares, y que por lo tanto, sus posibilidades de aprender son escasas, al no poder concentrarse ni en las explicaciones del maestro ni en la realización de sus tareas. Están en todas partes y en ninguna al mismo tiempo.
No todos los niños hiperactivos pueden ser encasillados en este diagnóstico, y esa es una tarea del médico especialista, que escapa al rol docente, que debe intentar estrategias personalizadas, estar en comunicación con los padres, para trabajar juntos, y asesorarse con psicólogos del equipo escolar, recomendando a los padres acudir a la consulta médica.
Se requiere mucha paciencia, diferenciar los casos de TDAH de la de niños con falta de límites, pues los primeros, a pesar de que tratemos de imponérselos, no lo lograremos, pues su mente está dispersa y serán incapaces de registrar lo que les decimos. Es por eso que a esos niños hay que tratar de tranquilizarlos con mucho amor, crearles un ambiente de contención y seguridad, para que sean capaces de prestarnos atención y de que tengan control sobre sus propias actitudes. En otros niños la hiperactividad no es la característica principal del déficit atencional, son aquellos “que están siempre en las nubes”, y que como no molestan al docente ni a sus pares, se les suele prestar menos atención, y tal vez necesiten asistencia médica.
Es por ello que el maestro debe estar muy atento e informar al gabinete escolar y a los padres, cuando todas las estrategias de enseñanza fallan con un niño, pues el problema puede exceder lo estrictamente pedagógico.