Capacitación docente
Para ejercer la docencia se requiere título habilitante. En Argentina debe contar con el título de maestro en los niveles primarios; profesor en los secundarios; o título profesional más capacitación docente en el ámbito universitario. Los profesionales con capacitación docente pueden desempeñarse en el nivel medio.
Además, es importante destacar que la docencia no solo se limita a la transmisión de conocimientos, sino que también implica una serie de habilidades y competencias que se deben desarrollar y fortalecer a lo largo de la carrera docente. Entre estas habilidades se encuentran la capacidad de planificación, la gestión de aula, la evaluación de los aprendizajes, la comunicación efectiva y la capacidad de adaptarse a las diferentes necesidades de los estudiantes.
Sin embargo, la docencia exige una capacitación continua, que no siempre se lleva a cabo. Nuevas exigencias sociales y curriculares, necesitan de docentes que actualicen sus conocimientos, sus estrategias metodológicas, su adecuación a las nuevas tecnologías, y su forma de ver la realidad áulica, que varía junto a los cambios del resto de la sociedad, y se debe estar capacitado para adecuarse a ellos.
En este sentido, la formación docente no solo debe estar orientada a la actualización de conocimientos, sino también al desarrollo de habilidades y competencias necesarias para la práctica docente. Esto implica una formación integral que incluya tanto aspectos pedagógicos como disciplinares, y que permita a los docentes enfrentar los desafíos de la educación en el siglo XXI.
Muchos de estos cursos de capacitación son pagos, e inaccesibles para muchos docentes, y de dudosa calidad. Los ofrecidos desde el Estado son pocos hasta el momento, y con cupos limitados.
El Título IV de la Nueva Ley de Educación de la República Argentina, vigente desde el año 2006 se dedica a la formación docente. Dentro del capítulo I, de derechos y obligaciones, el artículo 67 inciso b les garantiza la capacitación y actualización gratuita, integral y en servicio durante toda su carrera, como derecho, pero luego también lo nombra entre las obligaciones, en el inciso c.
El capítulo II se refiere a la formación docente, como integrante de la Educación Superior para formar en la docencia inicial, continua, apoyar pedagógicamente a las escuelas y la investigación educacional, para jerarquizar y revalorizar la función docente, con el fin de mejorar la calidad educativa.
Es fundamental que se fortalezcan las políticas de formación docente, tanto inicial como continua, para garantizar una educación de calidad. Esto implica no solo aumentar la oferta de cursos de capacitación, sino también mejorar su calidad y accesibilidad. Asimismo, es importante que se promueva la investigación educativa, como una herramienta clave para la mejora de la práctica docente y la innovación en el aula.
