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La educación diferenciada

Publicado por Hilda Fingermann

La educación pública occidental ha considerado desde las nuevas perspectivas pedagógicas, que la educación debe ser mixta y no por sexo, forma que se considera discriminatoria, y ajena a una realidad social que integra a hombres y mujeres cada vez más. Incluso las escuelas privadas, que originariamente eran para niños o niños, actualmente son para ambos sexos en la mayor parte de los casos.

La educación mixta o coeducación, para este pensamiento, ayuda así en esta convivencia desde niños a poder comprender mejor al otro sexo, viendo como actúa, a través de diálogos y discusiones, y en definitiva sentirse iguales humanamente, respetando las diferencias.

La educación mixta en Argentina comenzó a usarse en el año 1884, cuando la ley 1420 estableció escuelas de ese tipo para la educación de niños entre los seis y los diez años, aunque había algunas materias exclusivas para cada sexo. La división por sexos es típica de la enseñanza tradicional, siendo las tendencias de la Escuela Nueva las que cambiaron esta modalidad, por lo cual a partir de la década de 1960 con las nuevas concepciones que rompieron los cánones tradicionales, la escuela mixta se impuso.

Sin embargo, en la actualidad, los países europeos más adelantados y Estados Unidos han implementado la educación separada por sexos, en la educación pública, con óptimos resultados, justificados en que existen diferencias comprobables en el aprendizaje de niños y niñas, basados en diferencias de su estructura biológica cerebral.

Los niños son mejores que las niñas en Matemática, en Geografía (pues tienen mayor sentido de orientación) pero ellas los aventajan en Lengua y expresiones artísticas, por ejemplo, además de que su maduración es más precoz. Por esto los defensores de la educación diferenciada sostienen que se podrían plantear estrategias que tomen en consideración esas particularidades de cada sexo, si se les enseña en forma separada.

Con respecto a la integración que se daría en las escuelas mixtas entre varones y niñas, opinan que igual se forman grupos por sexo dentro de este tipo de instituciones, a veces relacionándose de modo conflictivo.

Como vemos en Pedagogía nada es blanco o negro, son teorías que se basan en la necesidad de educar en la diferencia, integrando para aprender de la diversidad (coeducación) u homogeneizando para aplicar estrategias iguales para todos. Obviamente esta última solución puede dar mejores resultados a nivel de aprendizaje de contenidos conceptuales, pues se avanza más rápido en cursos donde todos tienen parejo nivel de maduración y de intereses; pero es dudoso a mi criterio con respecto a los contenidos actitudinales, ya que en la sociedad se debe aprender a convivir con la diferencia (de sexo, de aptitudes, de ideologías, etcétera).