Saber es poder

“Saber es poder” es la frase de Francis Bacon que actualmente repetimos a menudo. ¿Quién era Francis Bacon? Fue un gran abogado, político, filósofo empirista y escritor inglés que nació en el año 1561 y murió en 1626. Valorizó la observación y la experimentación en la formulación de leyes, por lo cual sentó las bases para el desarrollo del método científico. Sus ansias de conocer se inspiraban en querer explorar a fondo la naturaleza a fin de dominarla. Para ello proponía suplantar el razonamiento deductivo por el inductivo, con el objeto de lograr un conocimiento del que pudiéramos afirmar su veracidad al ser comprobable en forma experiencial.

La importancia del conocimiento radicaba para él en su utilidad para mejorar a la sociedad, quitarle sus penas e impulsarla hacia el progreso, siendo un visionario del progreso científico y tecnológico de nuestro tiempo. Sin embargo para Bacon para dominar a la naturaleza hay que observarla siguiendo un método, el de la inducción por medio de la analogía, y conocer profundamente sus leyes, que son inmodificables, ya que solo respetándolas se podrá actuar sobre sus efectos.

Si bien Bacon no se apartó de la idea religiosa, intentó llegar a una relación armónica entre religión y ciencia, donde ésta no representaba un peligro para aquella. Contribuyó a liberar al hombre, al afirmar que el conocimiento no provenía de lo que la autoridad quisiera imponer como verdadero sino de la experiencia.

Podemos hallar varias contradicciones en el pensamiento de Bacon, con una influencia mágica, como creer que malos espíritus volátiles contribuían a la putrefacción de la materia, y no podemos considerarlo un ejemplo en materia moral ya que era ambicioso, intrigante y desleal si se trataba de conseguir un cargo político, pero la expresión “saber es poder” sigue teniendo vigencia y podemos considerarla en un sentido muy amplio: el poder, especialmente sobre nosotros mismos, sobre nuestra voluntad, es una facultad que nos permite ser libres, e impedir que otros nos manipulen y engañen. Solo si estamos bien preparados para leer entre líneas, para saber investigar sin quedarnos con lo que quieren hacernos creer, si escuchamos en forma critica y razonada, podremos evitar ser rehenes de quienes usan el poder para avasallarnos.