Sócrates y la educación
Sócrates fue en su tiempo un docente innovador, crítico y humilde, que impulsó a sus discípulos que eran quienes estuvieran dispuestos a conversar con él en jardines, calles o plazas, a pensar, y esto le valió una condena a muerte, la que esperó con gran serenidad, acusado de corromper a los jóvenes. Su pensamiento lo conocemos a través de la obra de su discípulo Platón, ya que Sócrates no dejó ningún texto escrito.
Fue contemporáneo de los sofistas, pero éstos cobraban por sus lecciones, mientras Sócrates enseñaba gratuitamente, pues consideraba que enseñar era una misión sagrada. Además Sócrates no decía como los sofistas poseer la sabiduría sino que se hallaba en su constante búsqueda. Lo primero para él, era el conocimiento personal, de uno mismo, luego vendría el conocimiento del universo exterior.
El control de los impulsos, la serenidad de espíritu, el alejamiento del lujo y las pasiones eran la enseñanza que daba Sócrates, sobre todo con su ejemplo, pudiendo ser considerado el fundador de a ética.
Su enseñanza se efectuaba mediante el diálogo, con el que intentaba extraer verdades de su interlocutor y sacarlo de la ignorancia. En una primera instancia, el maestro se dedica a criticar el discurso que escuchaba de quien con él conversa, haciéndole ver sus falacias e incluso llegando a ponerlo en ridículo indicándole sus contradicciones. Esta parte se denomina ironía. Luego viene la mayéutica a efectos de extrae la verdad que subyace en el intelecto humano, que puede exteriorizarse ayudado por preguntas del maestro, que cumple un oficio similar al de la partera (profesión de la madre de Sócrates) que ayuda a que la vida salga al exterior. En este caso lo que nace es la verdad, llegando a la raíz del objeto de conocimiento.
Aparece ya en Sócrates el rol del maestro como guía que orienta a quien necesita descubrir por sí mismo, y no como dueño del saber a transmitir ante un estudiante pasivo.