Aprendizaje cooperativo

El aprendizaje cooperativo es aquel que procura que cada alumno alcance el máximo de su desarrollo cognitivo pero no solo, sino junto a sus compañeros, en grupos de pocos estudiantes (no más de cinco) en constante colaboración, guiados por el docente, quien participa activamente en la formación de los grupos y en su actuación, distribuyendo roles y funciones (guiando, no imponiendo) para aunar esfuerzos, en la búsqueda de objetivos de aprendizaje comunes, que el docente debe aclarar debidamente. Es una labor que demanda mucho esfuerzo, sobre todo del maestro en la preparación y coordinación de los grupos, para que su resulatado sea satisfactorio.

El tiempo asignado para la tarea es variable, y el contenido puede versar por ejemplo sobre investigaciones teóricas o experimentales, o resolución de problemas matemáticos o en la redacción de una crítica literaria, o un cuento inédito.

Se basa en las ideas democráticas que necesitan del diálogo, la colaboración, la apertura mental, escuchando las ideas de otros, fomentando la confianza en sí mismo y en el prójimo y en la convicción de que junto a los demás, la persona se fortalece, no solo en su faz intelectual sino también en lo social y emocional, encontrando en los compañeros una útil herramienta para emprender paulatinamente su aprendizaje autónomo, fortaleciendo además la motivación intrínseca, sin descartar la responsabilidad individual en la obra del conjunto.

Una de las teorías más importantes en la que se funda el aprendizaje cooperativo es en la de la interdependencia social, de principios del siglo XX, expuesta por Kurt Kafka, integrante de quienes promovieron la psicología de la forma o gestalt, quien consideró a los grupos como unidades dinámicas con interdependencia variable.

La importancia del aprendizaje cooperativo, fue manifestada por autores como Vigotsky, que lo propone para superar la zona del aprendizaje próximo.