Aprendizaje crítico
La nueva concepción del aprendizaje escolar como formador de personas de alto compromiso social y ciudadano, que participen activamente en la sociedad democrática, exige que los alumnos se vayan preparando para el diálogo, la escucha activa, el respeto de las diferencias y de las opiniones de los demás, y sobre todo, que no repitan sin comprender y valorar, lo que la sociedad les impone.
En este mundo complejo que nos toca vivir, los jóvenes reciben mensajes contradictorios, donde lo positivo y lo negativo se mezcla, donde el engaño y la demagogia trata de apropiarse de sus mentes, y es en ese mundo donde deberán optar, pero para hacerlo con libertad, deben saber reconocer lo que prefieren, lo que les sirve y lo que es valioso para sí mismos, y para la sociedad en la que viven.
Aprender críticamente es escuchar, opinar, argumentar con libertad, siempre en el marco del respeto y la cordialidad, sobre todo lo que resulta opinable. Aclaro esto pues me sucedió en un colegio que evalué sobre Revolución Francesa, y un alumno, muy contrariado me dijo: “profesora, usted dijo que teníamos libertad para opinar, y después me corrigió la fecha en que se produjo la revolución”. Obviamente los datos comprobados no son susceptibles de crítica, salvo que realicen una nueva investigación que demuestre lo contrario.
Son opinables por ejemplo, algunos hechos históricos, como por ejemplo, la valoración de las guerras y revoluciones a lo largo de la historia de la humanidad, los castigos que merecerían ciertos delitos, los valores sociales, la calidad de un texto literario o de una obra artística, las acciones del hombre sobre el ambiente, etcétera.
Criticar no es decir “no me gusta” o “me gusta” o “estoy de acuerdo” o “me opongo”, criticar es fundamentar las opiniones, tener convicciones racionales, que van a ir formando una personalidad abierta al diálogo y a la participación democrática. La crítica por la crítica misma no es sana ni es constructiva. Además, quien efectúa una crítica debe estar dispuesto a escuchar las opiniones contrarias, y en su caso, si se convence de que el otro tiene razón, cambiar su opinión. La verdad es una búsqueda constante.
El aprendizaje crítico le enseñará al alumno a tomar lo positivo y dejar de lado lo negativo de los mensajes que recibe de los medios de comunicación, a tamizar en la propaganda política, lo cierto de lo demagógico, a no dejarse convencer por falsos ideólogos, o vendedores de sueños irrealizables, o ser víctima de estafadores inescrupulosos.
Para ello, el docente debe estimular las preguntas de los alumnos, valorar los aportes, las opiniones, generando un marco de cordialidad y respeto, promover el debate de ideas, arribar a conclusiones, aceptando las ideas de las minorías, siempre que sean éticas y legalmente aceptables.