Compañeros de estudios
Estudiar solo, o hacerlo con otro u otros compañeros, suele ser una disyuntiva que enfrentan los estudiantes, especialmente en el nivel universitario, donde se demandan muchas horas dedicadas a la tarea de aprender, lo que resulta muchas veces tedioso.
Estudiar con o sin compañero va a depender en mucho de las características del estudiante. Si éste tiene gran motivación intrínseca, es auto suficiente, metódico y poco tolerante con los demás, es mejor que estudie solo, ya que si bien hacerlo con otro tiene múltiples ventajas, como aunar esfuerzos, motivarse y hacer más amena la lectura, poder realizar debates, cotejar apuntes de clase, expresar dudas y evacuarlas entre todos, estimulando la cooperación; también tiene ciertos inconvenientes: coordinar horarios, consensuar métodos de aprendizaje, entender los problemas ajenos que pueden impedir algunas veces reunirse, retrasarse cuando uno de los integrantes del grupo de estudio no entienda un tema, distraerse hablando de otros temas, etcétera.
Algunos prefieren reunirse para repasar, y esto también es muy provechoso, pues entre compañeros pueden evaluarse, comentar temas con el fin de comprenderlos mejor, y analizar, además de la propia, la interpretación del otro. Antes de reunirse con otros es conveniente tener leído el material, y si es posible, tener subrayadas las ideas principales, y expresadas en un cuadro sinóptico.
Puede además suceder que no seamos compatibles con algún compañero o grupo de estudios, pero con otro sí. Es bueno aprender a formar grupos de estudios pues en general, un vez recibidos, la práctica profesional requerirá saber colaborar y trabajar en equipo.
En definitiva, es cuestión de experimentar el estudio individual y con compañero/s para luego tomar la decisión, siendo lo idea combinarse.