Estrategias docentes
Las estrategias docentes son los recursos de que se vale el maestro para incorporar los contenidos que transmite a la estructura cognitiva de los alumnos, logrando un aprendizaje significativo.
Existen muchas estrategias de enseñanza, siempre partiendo de los conocimientos previos de los alumnos, por lo cual se recomienda al comienzo de un curso o del desarrollo de un nuevo tema, realizar una evaluación diagnóstica, para planificar desde allí los contenidos y los modos de transmitirlos, que pueden, y en general deben, combinarse.
La estrategia expositiva no debe descartarse pues es un buen recurso para despertar la escucha activa y la toma de notas; pero dando ejemplos, estimulando el diálogo, la formulación de interrogantes, la crítica fundada, haciendo mapas conceptuales y cuadros sinópticos y comparativos, para graficar y sintetizar los contenidos.
Puede iniciarse la exposición a partir de la formulación de interrogantes, que se irán debelando con la explicación, y a partir de ella pueden combinarse tareas de investigación para profundizar el tema dado.
Puede también procederse a la inversa. Dar consignas para que los alumnos investiguen un tema novedoso, lo plasmen por escrito, basándose en una hipótesis de trabajo, luego los mismos alumnos, individualmente o en grupo realizan la exposición sobre cómo abordaron la investigación y a qué conclusiones llegaron, y luego el docente explica las dudas o amplía la temática, pudiendo antes intercalarse preguntas del resto de los compañeros o aportes de otros alumnos o grupos que investigaron sobre el mismo contenido.
Una vez aprehendido el contenido es provechoso mostrar aplicaciones prácticas del mismo, o sea, mostrar a los alumnos para qué sirve lo que aprendieron, lo que tampoco descarta que pueda procederse de modo inverso, primero mostrando la utilidad y luego analizándolo para incorporar el contenido.
Los caminos son muchos y diversos, cada docente irá experimentando el más adecuado de acuerdo a las características del grupo. Si se trata de alumnos participativos y curiosos lo mejor será que lo aborden por su cuenta, investigando para descubrir con la ayuda del docente; si en cambio el grupo es más callado y menos motivado intrínsecamente habrá que despertar el interés para que luego se aventuren a la investigación.