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Problemas en el aula

Publicado por Hilda Fingermann

En el aula se produce una intensa interacción social y es lógico y natural que surjan problemas: alumnos que no prestan atención, otros que molestan al profesor y/o a los compañeros, y hasta algunos que exceden de lo que se entiende como de normal tolerancia (insultos o agresiones físicas) donde ya hablamos de violencia escolar.

Estos problemas exigen la activa intervención del docente y en muchos casos del personal directivo y del gabinete escolar. Otros problemas afectan directamente el aprendizaje: los alumnos están distraídos, tienen poca capacidad de escucha activa, las estrategias de motivación resultan insuficientes, su comprensión lectora es muy escasa, parecen siempre abstraídos en sus propios pensamientos, etcétera.

Sin embargo, estos problemas de conocimiento no son ajenos a los problemas de conducta, ni a la conformación del grupo escolar. Aulas repletas de niños ruidosos impiden al docente el éxito de su tarea. No se puede enseñar en el caos, ni exigir en ese ámbito, concentración. En un ambiente de calma puede dedicarse más tiempo para ayudar a los alumnos con menos conocimientos previos o con dificultades de aprendizaje, en medio del bullicio eso es imposible, pues se debe destinar el tiempo a recomponer la calma.

En ciertos casos, los problemas de conducta en realidad son insignificancias que conviene no maximizar y tratar de atraer la atención de los alumnos con alguna motivación especial. En algunas ocasiones los niños molestan solo para llamar la atención. Si el maestro los ignora es muy probable que cesen en su actitud, ya que no obtuvieron el resultado esperado.

La actitud preventiva del maestro es muy importante. Se deben planificar tareas para todo el tiempo de clases, los momentos libres son propicios para los disturbios. Enseñar el valor de la palabra y las consecuencias negativas de los actos de violencia, no es perder el tiempo. Dedicar una o más clases a ello es sumamente productivo, en una sociedad donde la violencia verbal y física se encuentra instalada en todos los ámbitos y sectores sociales.

La estrategia de resolución de problemas, importa hablar hasta llegar a un entendimiento o acuerdo, e implica un gran costo en esfuerzo temporal y de paciencia, pero sus efectos son mucho más perdurables. En los casos en que el problema sea serio conviene no interrumpir la clase y hablarlo en el recreo, en privado con los involucrados.

No hay estrategias infalibles, cada individuo y cada grupo humano responde a distintas características y así como no hay enfermedades sino enfermos, ni recetas médicas infalibles para todos, los problemas escolares deben ser tratados con distintos caminos de solución hasta encontrar el adecuado.

Dentro de las estrategias se recomienda dar órdenes en tono respetuoso, sin elevar la voz, donde las instrucciones aparezcan claras. Cuando es la seguridad la que resulte amenazada no hay tiempo para conversar el problema, hay que intimar a que cese el peligro. Las órdenes deben contener la consecuencia de su desobediencia, para crear la responsabilidad sobre los actos humanos libres. Un maestro debe estar abierto al diálogo, pero también debe tener la presencia suficiente para ser reconocido como autoridad, capaz de imponerles límites, de manera responsable y eficaz.