Técnica de resolución de problemas
Hablar de problema significa aludir a un obstáculo, a una incompatibilidad, a una falta de conocimiento, que es pensado por alguien en busca de hallar una solución, pues el problema se interpone entre quien lo percibe y el objetivo a alcanzar.
Cuando el profesor le plantea un problema al alumno le otorga un desafío, el de resolverlo si quiere conseguir el resultado. Invita al alumno a la reflexión.
Los problemas deben ser presentados en forma gradual, en los primeros años deben ser muy sencillos para ir añadiendo progresivamente complejidad,, hasta llegar en etapas avanzadas de escolarización a formular teorías de tipo científicas.
Cuando hablamos de problemas no nos referimos solo a los que puedan plantearse en Matemática o Física, sino también Ciencias Naturales o Sociales.
Para resolver un problema se deben recorrer diversas fases:
La primera es el reconocimiento de la situación problemática, donde el obstáculo es percibido como tal, pues el camino hacia el fin está obstaculizado, y ese escollo no puede ser removido con conductas habituales.
Lo segundo consiste en aclarar el problema, para lo cual debe planteárselo usando los datos que conocemos, el objetivo que queremos alcanzar y los recursos con los que contamos.
Como tercer paso debe plantearse una, o mejor varias hipótesis resolutivas, que son respuestas sugeridas, suposiciones, que nos muestren un curso de acción y que surgen por experiencias previas o conocimientos teóricos ya adquiridos significativamente, o indagados en diversos textos, que le permitan aplicar lo ya conocido o descubierto, a una situación novedosa.
A posteriori se requiere que dicha hipótesis sea verificada, por observación, razonamiento deductivo o experimentación, valorando los resultados obtenidos.