Reglas nemotécnicas
Estas reglas nemotécnicas son ayudas para que nuestra memoria registre y evoque mejor la información que pretendemos almacenar en ella y poder recodarla con facilidad, son ni más ni menos que técnicas para ayudar a nuestra memoria y que a la hora de tener que expresar lo que atesoramos no nos juegue una mala pasada.
En el proceso de aprendizaje es conveniente evitar la repetición mecánica de hechos o problemáticas, pero a veces no queda más remedio. El nombre de las capitales de los países del mundo, el de los exponentes literarios del Siglo de Oro español, el de los inventores más destacados asociándolos a sus descubrimientos, etcétera, es una tarea cuyo enlace significativo es difícil o inútil de buscar. Como lo acumulamos por repetición, luego es difícil conectar los contenidos: ¿Qué relación podemos hallar entre Ecuador y el nombre de su capital, Quito? Para ello las reglas nemotécnicas nos brindan la posibilidad para que de modo arbitrario les asignemos esa vinculación a través de nuestra imaginación, creando nuevas palabras. Por ejemplo, si queremos recordar las capitales de Ecuador y Bolivia podemos inventar el término “equibosu” ¿Qué quiere decir? Nada, pero para nosotros que la “e” de Ecuador se vincula con la sílaba “qui” de Quito y “bo” de Bolivia con “su” que para nosotros nos recuerda que la capital de Bolivia es Sucre. Se trata de un juego donde porque nos costó trabajo hallar estos nuevos términos o porque nos resultan graciosos o divertidos, nos ayudan a recordarlos.
Hay muchos otros modos de fabricar estos trucos de memoria, por ejemplo en forma de oraciones con significado. Imaginamos que queremos recordar que José Hernández escribió el “Martín Fierro” y Cervantes el “Quijote”, podemos crear una frase con sus primeras letras o sílabas: “Marchando Firme, Hernán quiso cenar”.
Estos juegos de memoria son muy útiles de practicar en el salón de clases pues no solo estimulan la memoria sino también la creatividad de los alumnos, y es una linda manera de aprender jugando.