Bourdieu y la educación
El sociólogo constructivista estructuralista francés, Pierre Bourdieu nació el 1 de agosto de 1930 y falleció el 23 de enero de 2002.
Sus ideas en el capo de la educación pueden resumirse del siguiente modo:
La familia y la escuela fabrican en las personas una particular forma de pensar y de actuar, y son determinantes a la hora de establecer las diferencias sociales, pues las reproducen y otorgan títulos profesionales que posicionarán a las personas en algún grado de la escala social.
El rendimiento académico está fuertemente vinculado al origen social del alumno, ya que las familias nos legan no solo sus bienes sino también el llamado por Bourdieu “capital cultural”, que son modos de expresarse, de conocer, de hacer, que la escuela presupone que los niños deben traer desde su hogar, y que muchas veces no es así, y la escuela no enseña, pero exige, creando lo que él llama una “violencia simbólica” que se usa inconscientemente como estrategia de dominación. Muchos han criticado a Bourdieu por este determinismo social que denuncia.
Considerar el origen socioeconómico de cada estudiante, que establece su “habitus” para determinar sus carencias, y brindárselas desde el sistema escolar, le permitiría poder avanzar con mayor seguridad y fortaleza dentro del régimen académico en lugar de etiquetarlo como carente de aptitudes.
Tal vez un alumno convive con familiares cuyo lenguaje y costumbres son rudimentarios o no adecuados según la calificación de su medio social, que no le han enseñado a hablar con corrección gramatical y no han estimulado su desarrollo intelectual. Eso no significa que el educando carezca de potencialidades, sino que aún están latentes o han emergido de modo incorrecto, por falta o mala estimulación, y allí es donde debe actuar la escuela, para despertar, incentivar y corregir los déficit o carencias y brindar nuevas posibilidades.