Clases de docentes

Quien se encuentra al frente del aula, el docente, debe ser una persona generosa, instruida en su área de conocimiento, capaz de transmitir lo que sabe con predisposición y sencillez, tener vocación para enseñar, amar a la juventud y a la vida en general, poseer capacidad de diálogo, ser respetuosa de las normas, saber escuchar, comprender, educar con el ejemplo, con firmeza, pero sin agresión. Para enseñar valores democráticos, él mismo debe predicarlo en sus actitudes, estando dispuesto a reconocer sus propios errores, aceptar críticas fundadas, e incluso estimular la argumentación en sus discípulos y formar sus propias convicciones dentro de valores positivos.

Lo antes expuesto corresponde al ideal del docente, pero en la práctica observamos que existen tantas clases de docentes como personas al frente de cursos; pues cada uno refleja en el acto de enseñar muchas particularidades de su propia personalidad y de sus experiencias personales.

Hay algunos comprometidos con su trabajo y otros que no, unos serios y distantes, y otros que crean fuertes lazos afectivos, unos que escuchan y otros que se sienten omnipotentes…

No es malo que el alumno se acostumbre a aceptar como guía a distintas clases de docentes, pues en la vida le tocará compartir momentos con muchas clases de personas, y es bueno que sepa como adaptarse a ellas, por supuesto, siempre que sea respetado; pues de lo contrario, debe plantear esta situación al docente, por sí mismo, o a través de sus padres si es un niño pequeño, y en caso de no ser escuchados, ante la dirección del establecimiento.