El proceso cognitivo
La mente humana, a diferencia de los animales, procesa la información que le llega de un modo complejo, permitiendo la percepción (discriminación de estímulos, selección y generalización), la atención (selecciona lo relevante según el interés del sujeto), la memoria (almacenamiento, ya sea temporal, en la memoria a corto plazo o de forma relacional, en la memoria a largo plazo), el pensamiento (planifica la acción) y el lenguaje, lo que les permite al sujeto conectarse con el mundo que lo rodea y tratar de comprenderlo. El objeto de conocimiento es aprehendido en un primer momento por el sujeto cognoscente, quien se hace de ese objeto una rodea, o representación mental de los aspectos para él más relevantes. Si los vincula a otros conocimientos anteriores se integrará a la estructura cognitiva de modo significativo y no arbitrario, lo que le permitirá utilizar esos conocimientos en el futuro, a través del pensamiento y expresarlos a través del lenguaje.
El lenguaje tiene una función muy importante en el proceso cognitivo, ya que a través de su adquisición se logra objetivizar la realidad y transmitir significados, dentro de una determinada cultura.
En esa estructura cognitiva tienen influencia muchos factores que pueden agruparse en: 1. Fisiológicos, con participación de áreas del cerebro 2. Personales, el interés y la motivación intrínseca potencian los sentidos, se percibe más, se recuerda mejor, se relacionan las ideas, etcétera y 3. Sociales, producto de la influencia del entorno en que el sujeto vive y aprende, representado por ejemplo por las creencias compartidas.
Por esa razón, ya que además de la parte biológica intervienen otros factores en el pensamiento humano que hacen que la manera de procesar la realidad e interpretarla difiera de unos individuos a otros, es que existen diferentes estilos cognitivos. Estos son para Stemberg, la manera característica de desempeñarse singularmente al procesar la información.