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Escuelas para padres

Publicado por Hilda Fingermann

Los padres ya han completado su escolarización, tal vez hasta el nivel primario, secundario o universitario; o la han dejado incompleta, esto no importa a la hora de saber cómo educar a los hijos, ya que cada uno de ellos es diferente, y tenemos temores y dudas, pues sabemos que un error en alguna frase, en alguna actitud o en una falta o exceso en los límites, puede ser causa de un problema futuro en su personalidad.

Obsesionarse con no equivocarnos jamás y ser padres perfectos es malo, pues no lo lograremos jamás, y, además de frustrarnos, solo nos llevara a cometer más errores. Aprender de esos errores es lo importante, y también reconocerlos, lo que nos hará crecer como familia; pero indudablemente, equivocarnos en cosas mínimas no es lo mismo que en cosas trascendentes, por lo cual, cuanto más informados estemos, menos riesgos corremos de cometer equívocos graves.

Leer artículos en Internet puede ayudar, si sabemos reconocer las fuentes confiables, pero lo más probable es que lo explicado no encaje exactamente en la problemática que nos afecta, y, además, no podemos preguntar, debatir ni opinar.

Es por ello, que cada vez cobran mayor importancia las escuelas para padres, donde podemos conversar con pares que están atravesando problemas similares y compartir experiencias, en forma de diálogos o talleres, guiados por un profesional idóneo y experimentado.

Suelen hacerse estos encuentros en los mismos establecimientos escolares a los que concurren los niños, en horarios especiales; o como programas a cargo de universidades, ONG, u organismos públicos.

Estas escuelas son más frecuentes en países y regiones más ricas y evolucionadas, pero nada obsta a que por iniciativa del conjunto de padres pueda instrumentarse en cada establecimiento escolar, ya que su costo es menor. Solo se necesita algo de tiempo, un espacio físico que puede ceder la escuela, cuando los niños ya no están en clases, ganas de compartir experiencias y aprender con otros padres, y hallar un guía orientador, que puede ser conocido de algún integrante del grupo o del cuerpo docente.

La orientación y el acompañamiento que pueden recibir los padres es fundamental para hacerlos sentir más seguros y confiados en su propia intuición, pero también darles estrategias ya comprobadas para solucionar determinadas problemáticas, que suelen aparecer en los distintos momentos de la evolución humana, algunos fundamentalmente difíciles (la edad de los caprichos, el ingreso al sistema escolar, el cambio de nivel, la adolescencia, etcétera).